La Universidad no consigue el aprobado de los ciudadanos

La reforma del sistema universitario y su adaptación al proceso de Bolonia supondrá uno de los retos más fuertes a los que se enfrenta el recientemente nombrado ministro de Educación, Ángel Gabilondo. No sólo por la contestación que genera la convergencia europea, sino también por la mermada calidad de nuestras universidades. Según la encuesta que hoy publica LA RAZÓN, la sociedad española suspende de forma generalizada al actual sistema universitario con una calificación de 4,6 puntos. La inversión insuficiente por parte de las administraciones públicas, el desajuste existente entre los planes de estudio y la realidad que demanda el mercado laboral o la falta de especialización en una parte significativa de las titulaciones ofertadas son sólo algunos de los puntos en torno a los que deberá girar la futura reforma, según los encuestados. Otra de las conclusiones más preocupantes del sondeo es la denuncia de los ciudadanos del alto grado de desinformación sobre qué es Bolonia. El ministro de Educación ha de tener muy presentes todos estos datos para afrontar con garantías de éxito un proceso que no es sencillo, pero sí imprescindible para lograr una Universidad competitiva y de calidad, muy lejos de esa elevada tasa de abandono que sufre y que ya alcanza el 50% del alumnado.