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Labuat: cómo sobrevivir a OT

Virgina Maestro ofrece una imagen más sensual convertida en «Labuat»

Labuat: cómo sobrevivir a OT
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E l éxito es efímero. Eso es algo que saben muy bien todos los participantes de Operación Triunfo. Un concurso de usar y tirar en el que la fama y los elogios salen baratos. Sólo hay que preguntarse donde están ahora y que repercusión tienen los discos de Rosa López, Vicente Seguí, Ainhoa, Sergio Rivero o Lorena, algunos de los ganadores del programa. Ahora le toca a Virginia Maestro. Casi un año después de alzarse como la ganadora, «la niña azul» -así la conocen sus «fans»- debuta con un proyecto conocido como «Labuat». Una aventura musical que ha dado forma a un disco homónimo en el que ha contado con la ayuda de compañeros de viaje sonados. Por un lado, Risto Mejide, su máximo valedor en el concurso, ahora compositor y escritor de la mayoría de sus canciones. «Me dijo que eran unos temas suyos que tenía maquetados desde hacía ya varios años. Tardé un par de días en escuchar las canciones, y la verdad es que me conquistaron a la primera. No tuve dudas», reconoce Virginia. Y por otro, la banda catalana de pop electrónico The Pinker Tones, encargada de la producción. Talento y sencillez «La idea de trabajar con The Pinker Tones me encantó. Me sentía rodeada de tanto talento y sencillez... Al cabo de un mes grabamos la que sería la maqueta, y en dos meses estábamos con el disco», asegura. «Labuat» presenta a una Virgina Maestro diferente a la de OT. Ha perdido algo de esa candidez y fragilidad que la hacía tan especial, pero ha ganado en seguridad interpretativa y versatilidad. Su debut es un disco muy variado: reggae, ritmos latinos, pop sesentas... «Es una declaración y una carta de presentación, un menú de degustación con todos los sabores musicales de nuestra vida. Soy más yo que nunca, he tenido el privilegio de la absoluta libertad para expresarme. Quizá antes no la tenía del todo y por eso sorprende», afirma Maestro. Y aunque algo de razón tiene, es innegable que también está intentando desligarse de la imagen de niña buena ganada a pulso. Sólo hace falta echar un ojo a las fotos promocionales y al «artwork» del disco para comprobar que la artista nacida en Jaén ha cambiado el azul que la hizo famosa por el negro propio de las chicas malas. «Creo que el juego de la inocencia mezclada con la seducción resulta muy divertido y está lleno de matices. Es divertido», comenta. De momento la apuesta está dando resultados. «Labuat» se ha encaramado a los primeros puestos de las listas de ventas, y la gira de presentación se inicia el jueves en la sala Penélope de Madrid. Tal era la devoción de Evaristo Mejide hacia Virginia en OT que, una vez terminado el concurso, se dio por hecho su noviazgo. Cierto o no, la jiennense se hace llamar «Labuat» por La Boite, conocida sala de conciertos barcelonesa y uno de los locales favoritos de Mejide. No es coincidencia. «La noche de la final de OT Risto me habló del proyecto. Me habló del concepto Labuat, y me sedujo el nombre, creo que es realmente sugerente», certifica.