Barcelona
Las menores podrán abortar en España y si con 16 se pudiera votar
Si quieres aborta; pero no fumes ni te tatúes. Ésta es la situación contradictoria que viven los adolescentes de 16 y 17 años. Capacitados para operarse de estética o trabajar, pero todavía inmaduros para comprar una botella de vino o conducir.De salir adelante la reforma de la Ley del Aborto, los derechos y restricciones de los chicos y chicas de 16 y 17 años quedarían aún más desequilibrados. Por un lado, desde los 16 los jóvenes tienen mayoría de edad sanitaria, es decir, se les considera suficientemente formados para decidir si se someten a cualquier intervención. También pueden «plantar» los estudios y buscar trabajo, o casarse. Sin embargo, no pueden hacerse un «piercing» o un tatuaje, ni entrar a las discotecas, comprar alcohol, conducir una moto de gran cilindrada... Si son adultos para unas cosas, ¿por qué no para todo? Esta situación paradójica a la que se enfrentan ha provocado que en los últimos días se reabriera el debate sobre si habría que adelantar la mayoría de edad de los 18 a los 16 años.José Luis Rodríguez Zapatero fue el primero en defender la madurez de las adolescentes de 16 años, a las que la ampliación legislativa permitirá interrumpir su embarazo sin necesidad de consultarlo con sus padres para evitar «interferencias» en su decisión. Con la polémica de la Ley del Aborto de fondo, el secretario general del Partido Socialista madrileño, Tomás Gómez, apostó esta semana, a título personal, por que se planteara esta reducción de la mayoría de edad, porque, a su juicio, la sociedad actual «tiene jóvenes más maduros, más formados y con más conocimiento».Hasta ahora la idea de adelantar la edad adulta legal a los 16 sólo formaba parte del programa electoral de Izquierda Unida. Pero hace dos semanas, el Comité Federal de las Juventudes Socialistas aprobó una resolución para reconocer la madurez democrática de los jóvenes mayores de 16 años, concediéndoles nuevos derechos y obligaciones, como la de poder votar. «El PSOE suele utilizar a los jóvenes como carnaza electoral. Es muy típico del partido plantear estas medidas por las Juventudes y no por la estructura del partido», apunta Nacho Uriarte, presidente de Nuevas Generaciones del PP.Para Uriarte, el debate de adelantar la mayoría de edad no surge de una demanda real, sino que «es una excusa para implantar otras políticas, como la Ley del Aborto, o una reivindicación que busca un coladero de votos nuevos».
Nicho inexploradoEn España hay 919.465 personas con 16 y 17 años, según el Padrón Municipal del Instituto Nacional de Estadística de 2008. La cifra es irrisoria si se compara con los más de 24 millones de votos que se emitieron en las elecciones generales de ese año, pero si tenemos en cuenta la tendencia de la juventud a votar a la izquierda, este nicho inexplorado de votos podría llegar a decantar el resultado de las próximas elecciones. «El voto joven es de izquierdas. Las movilizaciones sociales son de gente joven», confirma el sociólogo José Ramón Lorente Ferrer.Sin embargo, la eficacia de adelantar la mayoría de edad como medida para ganar votos está por demostrar. Aunque, «teóricamente, sería un voto más de izquierdas que de centro o de derecha, es una incógnita, porque no hay estudios al respecto. Además, no sería un voto de izquierda convencional. Iría no tanto al PSOE, sino a la izquierda del PSOE. Pero también a los movimientos de ultraderecha», agrega Lorente Ferrer.Para el sociólogo, el PSOE se habría subido al carro de esta estrategia de adelantar el voto a los 16 porque «su política no es ocupar el centro político: es renunciar a él y buscar alianzas y electorado a su izquierda: ERC, BNG, IU, etc. Un tercio de votantes de estas formaciones es joven y el PSOE quiere quedarse con ellos. Forma parte de su estrategia de voto útil de la izquierda, de decir que mejor apostar por ellos que por IU, porque en el fondo defienden lo mismo». No hay que olvidar que, en las pasadas elecciones de 2008, el PSOE le quitó un millón de votos a IU. Sin embargo, la medida podría resultar fallida, porque los jóvenes son un colectivo altamente abstencionista. Entre los 18 y los 25 años sólo vota un 50 por ciento. Si la participación es baja, «el efecto no sería tan apreciable», dice el sociólogo Lorente Ferrer. Desde el colectivo joven el Consejo de la Juventud de España y el Foro Europeo de la Juventud –su homólogo a nivel europeo– reclaman la mayoría de edad a los 16 «porque emitir un voto es la mejor forma de participar en la sociedad», explica Inmaculada Reverte, su vicepresidenta. Pero los propios chicos no demuestran mucho interés: «Yo no quiero votar, no me interesa la política», dice Carlos, estudiante de primero de Bachillerato en Madrid.
Responsables y ¿maduros?Sea por lograr votos o no, lo que los expertos discuten es si los jóvenes de hoy en día son más maduros que antes. Paloma de Cendra, psicóloga de pareja y familia, considera que «la madurez es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida, que se alcanza después de un largo recorrido acompañado de conocimiento, formación y vivencias. Y ese proceso no culmina ni acaba en la adolescencia». Para De Cendra, «adelantar la mayoría de edad sólo conseguiría ir en contra de los propios jóvenes, que todavía no tienen la capacidad necesaria para tomar ciertas decisiones y ser conscientes de las consecuencias reales de algunos de sus actos». Sin embargo, el psicólogo Pedro Rodríguez, especialista en terapia de familia, tiene claro que sí: «los chicos de 16 y 17 años de hoy en día están más que preparados para asumir la responsabilidad de lo que hacen». El tener más acceso a la información les hace más maduros, opina, y añade que «si los países de nuestro entorno lo han hecho, ¿por qué no? Pero siempre con formación», advierte Rodríguez.Hablando de nuestros vecinos europeos, Austria ha sido el primer y único país de la Unión Europea que ha abierto las urnas a los jóvenes de 16 años. En la primera oportunidad que tuvieron de votar, el grado de abstención de este grupo fue alto.Otro tema es el de la responsabilidad penal de los menores. Aunque la ley les hace responsables de sus actos desde los 14 años, si cometen un delito antes de cumplir los 18 no pueden superar más de ocho años de internamiento en un centro, independientemente de la gravedad del crimen, y, concluido el castigo, el expediente se borra.¿Qué haría falta en España para permitir que los jóvenes voten? La reducción de la mayoría de edad a los 16 no es una cuestión baladí, pues requeriría una reforma de la Constitución. No obstante, esta reforma no sería de las más complejas, pues no exigiría ni referéndum, ni disolución de las Cortes. Eso sí, «se necesitaría un gran consenso en ambas cámaras. Un apoyo de más de tres quintas partes del Congreso y del Senado», explica Pablo Nuevo, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Abat-Oliva (CEU), en Barcelona.Hasta ahora la Carta Magna española sólo se ha modificado una vez, para permitir la entrada de nuestro país en el Tratado de Maastricht. Pero hay otros asuntos pendientes. En 2006, el Gobierno pidió al Consejo de Estado un informe para reformar la Constitución en lo relativo a varias cuestiones, como el orden sucesorio a la Corona o la inclusión en el texto magno de la denominación de las comunidades autónomas. Desde este informe, no se ha movido ficha, pero de querer realmente adelantar la mayoría de edad legal, «el trámite podría estar en 4 o 5 meses», estima Nuevo.
A las urnas, en metroDe cambiarse, aún quedaría un asunto pendiente: los jóvenes podrían votar, pero no conducir, salvo que se modificara la normativa de tráfico que incluye como uno de los requisitos el tener 18 años. No parece probable que Tráfico esté pensando en rebajar la edad, más bien al contrario. Recientemente el Consejo de Ministros aprobó el nuevo reglamento de los conductores en el que, para reducir la siniestralidad, se retrasaba el acceso a las motos de gran cilindrada a los 20 años.
Austria, pionera en EuropaAustria es el primer país de Europa que ha abierto las urnas a los jóvenes de 16 años. En 2007 aprobó una ley que reducía la mayoría de edad de los 18 a dicha edad. En la primera oportunidad que tuvieron de votar los 200.000 austríacos adolescentes, en septiembre de 2008, el nuevo deber fue acogido con frialdad e incluso con críticas, por los propios interesados, que rehuían de la responsabilidad de una decisión para la que no se consideraban lo suficientemente formados. Los políticos justificaban la decisión como forma de compensar el excesivo aumento de la población anciana en el país alpino. Lógicamente, nadie dudó del oportunismo electoral de esta decisión y, mientras, los chicos siguen sin conducir o poder comprar cerveza.
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