Barcelona
Las vacaciones de la crisis: vuelve el todo incluido (en casa de la abuela)
EL MITO DE QUE EL ESPAÑOL JAMÁS RENUNCIA a sus vacaciones se tambalea. Este año lo que se lleva es el «gratis total» en casa o en el pueblo.
Ni un crucero por las islas griegas, ni una escapadita a Londres, ni una Semana de Pasión por todo lo alto. Ni «camping», ni «puenting», ni «playing». Este año, lo que se lleva es el «gorroning». Parecía imposible, pero la crisis económica ha acabado por invadir el único hábito de los españoles que permanecía blindado. La Semana Santa ya no es sagrada. Volvemos al «todo incluido»... en «Resort Casa de la Abuela». Las encuestas realizadas en los últimos días por los touroperadores confirman lo que ya se daba por hecho: los españoles viajarán mucho menos esta Semana Santa, lo harán a destinos más baratos y escatimarán en gastos todo lo que puedan. Será una buena oportunidad, en cualquier caso, para redescubrir los encantos del pueblo o del bar de la esquina. Expertos depredadores Los empresarios turísticos llevan ya unas cuantas semanas comprobando hasta qué punto la crisis económica ha modificado los hábitos de los turistas. Especialmente, porque ha convertido a muchos en expertos depredadores a la caza de gangas y ofertas de última hora. El operador on-line mirayvuela.com ha preguntado a los usuarios de internet qué planes tienen para esta Pascua, y ha concluido que el 40 por ciento de los usuarios habituales de avión optará este año por una alternativa más económica, y que casi la mitad de los que aún así se liarán la manta a la cabeza gastará menos que el año pasado. «En nuestro buscador tenemos una herramienta de ¿alertas¿ -explica Diego López-Salazar, director de mirayvuela.com- que avisa al usuario cuando se encuentra el precio mínimo por el que está dispuesto a viajar. Lo normal es que ponga un aviso por un vuelo doméstico a partir de unos 50 euros, pero en los últimos dos meses nos hemos encontrado con muchos usuarios que nos están pidiendo que les avisemos si encontramos tarifas por menos de 10». ¡Vuelos a diez euros! Los hay, y el cliente lo sabe. «El crecimiento que tenemos de usuarios no es directamente proporcional al aumento de ventas que se generan y eso es debido a que los internautas están comparando varias veces hasta que se deciden por la compra del billete de avión», concluye López-Salazar. Lo hacen, desde luego, en varios buscadores a la vez. Y eso que a veces ni siquiera es necesario regatear. En algunos destinos es el hostelero quien lo hace antes de que el cliente pueda decir ni «mu», aunque sea bajo el eufemismo de extender a toda la temporada los descuentos excepcionales. El caso es que el interesado se vaya con la sensación de haberse topado, por fin, con esa oferta que nadie, en su sano juicio, podrá rechazar. Álvaro Pacheco, director de Comunicación del grupo turístico Barceló, reconoce que si los hoteleros aún no han tirado por los suelos los precios es porque confían en lo que pueda ocurrir a partir de este jueves. «Si la Semana Santa pincha, muchos no tendrán más remedio que bajar tarifas», afirma Pacheco. Lo peor, en las islas Excluidos los destinos de larga distancia, especialmente los del Caribe, el horizonte más negro, según las previsiones, está en Canarias y Baleares. De hecho, en esta última Comunidad apenas se han abierto la mitad de las plazas hoteleras (frente al 75 por ciento de la Semana Santa anterior). En Sevilla, mientras tanto, esperan salvar la temporada con un ojo en el cielo y otro bajo tierra. El vicepresidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrellier, está convencido de que el estreno del nuevo Metro y, sobre todo, la posibilidad de que, por primera vez en muchos años, no llueva, hará que los pasos estén más concurridos que nunca. Más que nada porque a algún sitio se tendrán que ir los sevillanos que este año se van a quedar en casa. ¿Es el momento, por tanto, de tirar la casa por la ventana? Ni mucho menos. Que nadie se haga ilusiones. Cuando la crisis aprieta, aprieta para todos. Y no se salvan ni ricos, ni pobres. «Los Hermanos de las cofradías que antes se hacían su propia túnica ahora la piden prestada», reconoce Bourrellier. Y lo que es peor: cada vez dejan menos dinero en la «bolsa de caridad», la cuota con la que los Hermanos pagan su papeleta que les da derecho a salir, y que se destina a sufragar las obras sociales de las Hermandades. También se ve la botella medio llena en la capital, cuyo Ayuntamiento se ha gastado 600.000 euros en una campaña turística especial con el sugerente título de «Ahora Madrid». O en Barcelona, que confía más que nunca en el cliente de casa para evitar los números rojos. «Si salvamos la Semana Santa es por lo que consuman los catalanes, porque de los de fuera no se espera nada», admiten en la patronal del ocio Fecasarm. Pasa a la página siguiente
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