Granada

Lo primero: cordero y ajedrez

Jesús quiere volver a dar clase en la universidad en octubre pese a que aún tendrá que ir a rehabilitación.

Jesús Neira, soplando las velas ayer a la salida del Hospital Puerta de Hierro
Jesús Neira, soplando las velas ayer a la salida del Hospital Puerta de Hierrolarazon

MADRID- Ocho meses y medio en un hospital da para planear paso a paso el día de la salida. Eso es lo que hizo el profesor Neira y así lo contó su mujer a LA RAZÓN. «Jesús tenía claro que lo primero que quería hacer es comer cordero», por eso su familia y sus amigos ya tenía reservada una mesa el día anterior a su salida. «Pero sólo por hoy, que a Jesús no le dejan comer sal...», relataba Isabel Cepeda.Satisfacer todos los caprichos que el profesor no ha podido tener en el hospital es el mayor placer para los suyos, aunque aseguran que Jesús pide muy poco. «Él dice que símplemente quiere volver a hacer todo aquello que siempre ha hecho». Esto es, ir a su despacho, leer los periódicos o desayunar tranquilamente.Neira quiere recuperar la rutina, y si hay algo que para él es importante de ésta es la Universidad. Su mujer relata que está empeñado en incorporarse con el inicio del próximo curso, en octubre, «No va a parar hasta conseguirlo». Jesús sueña con encontrarse con sus alumnos, con sus libros, con sus artículos de prensa, con todo lo que un día dejó sin quererlo.Durante más de doscientos días, Jesús ha soñado desde la cama con recuperar otra de sus grandes pasiones: el ajedrez, afición que comparte con un grupo de amigos con los que juega una vez por semana. Reuniones a las que se quiere incorporar de inmediato y volver a conversar durante horas de política con sus «colegas», una afición que siempre ha mantenido y que ahora asegura que recuperará con más fuerza que nunca. Isabel cuenta que «a Jesús le apetece muchísimo ir al cine», y ya sabe qué película será la primera, «Gran Torino», de Clint Eastwood».Echa de menos los atascos, «dice que le apetece que le "pille"uno»; ver la tele hasta más allá de las once de la noche, hora a la que se le apagan el sonido en el hospital. «Y eso que no me gusta...», comenta. Pero, por encima de caprichos, pasiones y anhelos, Neira quiere tranquilidad, descanso y relax, que el profesor espera experimentar en Granada. Un viaje que ya está entre los planes de Neira, «queremos disfrutar de un viaje agradable», relata su mujer.En definitiva, la intención es recuperar el día a día, realizar todas las cosas cotidianas que en algunos de los peores momentos pensó que no volvería a hacer y que ahora hará con «más ganas que nunca».