Elecciones municipales
Los ayuntamientos se quedan a dos velas
El aplazamiento a 2011 de la financiación local es la peor noticia que podían recibir los ocho mil municipios españoles, la mayoría de los cuales está al borde de la ruina. Pese a las reiteradas promesas del presidente del Gobierno de resolver este asunto tras la financiación autonómica, todo se ha quedado en agua de borrajas. Al parecer, el sobrecoste que ha supuesto satisfacer las demandas de ERC ha descuadrado este otro «sudoku» local, para el cual no le queda dinero al Gobierno ni tampoco ganas de meterse en otro avispero. Uno de los principales culpables de este fiasco es el presidente de la FEMP, Pedro Castro, cuya talla política era muy corta para cuestión de tanto relieve. Más aún después de haber provocado, con su estilo insultante, una grave escisión en la federación que agrupa a los municipios y provincias. No cabe duda de que si la FEMP hubiera estado presidida por un alcalde de prestigio, no se habría producido este fiasco.
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