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Los dilemas de «Millennium»

Los dilemas de «Millennium»
Los dilemas de «Millennium»larazon

Más allá de su engañosa apariencia como simple producto de entretenimiento, la trilogía «Millennium», cuya última entrega acaba de llegar a España, profundiza en algunos de los problemas más difíciles y candentes de cuantos afectan a las democracias actuales. El hecho de que lo haga de un modo inmensamente ameno, por no decir apasionante del todo, sólo acrecienta el mérito de un autor misterioso -probablemente, carne ya de leyenda- que tuvo la maestría de conjugar el artificio narrativo con la autenticidad de sus temas y la frescura de sus personajes. Partiendo de la violencia contra las mujeres, que es el motivo de arranque de la saga, «Millennium» se adentra en una serie de conflictos que nos recuerdan el carácter contradictorio de toda sociedad compleja. La lucha entre aquellos que ceden rápidamente a una mal entendida razón de Estado, y la parte de éste que se esfuerza en preservar el sistema de libertades que le da sentido, es sólo uno de ellos. En un segundo nivel, igual de relevante, Larsson se pregunta por el poder que confiere la información, la licitud de los medios empleados para obtenerla, y los distintos dilemas que en el terreno del periodismo, la política y la vida personal plantea el acceso a ese conocimiento. Así, tanto o más que en su coraje, la «hacker» Lisbeth Salander encuentra los medios para tratar de salvarse en el dominio de la información, que, por motivos profesionales más convencionales, es también el arma del reportero Mikael Blomkvist. Y si por una parte hay una exigencia ética muy fuerte, que se convierte en el motor de buena parte de los diálogos, por otra las soluciones que el autor propone requieren una reflexión pausada, desde el momento en que surgen de la vulneración de las normas, si bien es cierto que en aras de un bien mayor. Esa naturaleza paradójica de las situaciones, impropia de una mera literatura de evasión, revela la talla de un escritor que comprendió que no hay auténtica creación sin contradicción.