Comunidad de Madrid
Los porteros ya tienen carné
Los 1.511 aprobados recogieron ayer sus acreditaciones Es la primera promoción que ha superado las pruebas
madrid- La primera promoción de porteros de discoteca «legalizados» de la historia de la Comunidad de Madrid desfiló ayer al completo por las instalaciones de la escuela de Policía Local de Colmenar. Eran los 1.511 hombres y mujeres que habían pasado con éxito las pruebas; los que son «controladores de acceso» con todas las de la ley. Piezas cotizadas a partir de ahora, y a la espera de los exámenes de junio, porque lo que está claro es que con el número de aprobados no se cubre ni de lejos la demanda de la región. Desde la Comunidad se reconocía tácitamente esa carencia, aunque se apuntaba que las cifras que se habían llegado a barajar (15.000 o incluso 20.000 puestos) eran excesivas. A ello hay que añadir que, a partir de ahora, los porteros no tendrán jurisdicción alguna dentro de los locales y habrá que contratar efectivos de seguridad privada. Ahora, sin mafias J., de 27 años, es uno de los aprobados, y es doblemente afortunado: tiene ambos títulos. Le faltan, en cambio, pelos en la lengua, y no duda en afirmar que la nueva norma «será beneficiosa porque aquí había muchas mafias de rumanos y de búlgaros que trabajaban en los locales». Para él, que vigila la entrada de un local frecuentado por adolescentes, las cosas son más cuestión de «mano izquierda» que de espaldas anchas, aunque lo cierto es que de esto va sobrado, también. Muchos de los que pasaban ayer a recoger los carnés -fue un proceso fluido, con apenas una pequeña cola a primera hora de la mañana- se acercaban con sus parejas o sus hijos. Así V., un ecuatoriano grande como un castillo pero de aspecto tranquilo, llevaba a su pequeña en brazos y coincidía con su compañero en que la regulación sólo puede traer beneficios al que desempeña su trabajo con seriedad. Falta de efectivos Ambos están de acuerdo también en apuntar el problema. Ahora que los porteros no tienen mano dentro de la sala, muchos no descartan que empresarios poco escrupulosos se busquen la vida para tener a trabajadores «camuflados» como clientela. «Es que ahora están en cuadro», dice J, «y hay sitios en los que a lo mejor necesitas diez o doce vigilantes para poder controlar la situación, locales a los que va mucha gente conflictiva y que pueden ser un polvorín». A partir de mañana las primeras pistas sobre la solución. En la calle. En las puertas.
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