España
Los sustitutivos de la sal ayudan a cuidar el corazón
En la botica existen productos dietéticos que se utilizan como suplentes. Están desprovistos de sodio y tienen un sabor parecido al de este condimento común
El sodio es una parte esencial de la dieta y un nutriente que interviene en diversos procesos fundamentales de nuestro organismo, por ejemplo ayudando a mantener una correcta hidratación. Por ello es necesario ingerir una cantidad mínima al día, entre dos y cuatro gramos, que se obtiene normalmente a través de los alimentos y de la sal añadida en su preparación. Como sucede con muchos nutrientes, lo ideal es consumirlo en su justa medida, ya que en el caso de la sal, un consumo elevado está relacionado con enfermedades como hipertensión arterial, enfermedad renal, insuficiencia cardiaca y osteoporosis, entre otros. El Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), está tomando medidas para reducir la ingesta de sal y prevenir enfermedades. Con este fin, han hecho pública su intención de desarrollar un Plan Nacional para la Reducción del Consumo de Sal, cuyo objetivo es reducir el consumo en España para disminuir así la morbilidad y mortalidad atribuibles a la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. Por tanto, para prevenir algunas patologías, o reducir el riesgo de empeoramiento en caso de padecerlas, es preciso rebajar el consumo. Debemos evitar o reducir alimentos ricos en sal como embutidos, alimentos preparados o precocinados, salsas, conservas, aceitunas, aperitivos, aguas con gas o ahumados.
Potenciar el saborNo obstante, para potenciar el sabor de los alimentos podemos usar sustitutivos como limón, pimienta, azafrán o hierbas aromáticas. A la hora de preparar las comidas es mejor la cocción al vapor que hervir los alimentos con agua, ya que ésta diluye el sabor de los alimentos. Si queremos mejorar el sabor de los alimentos, en la farmacia existen productos dietéticos bajos en sodio que se utilizan como sustitutos. Están desprovistos de sodio con sabor parecido al de la sal común. Lo ideal es que el paciente no se acostumbre a su uso, y que modifique sus hábitos dietéticos reduciendo la ingesta de sal. Además, hay que recordar que estas «sales de régimen» no deberían ser usadas en pacientes en tratamiento con diuréticos ahorradores de potasio o con enfermedades renales, por el riesgo de intoxicación por potasio.Tanto en este como en otros aspectos, los farmacéuticos queremos contribuir a mejorar los hábitos alimentarios de la población y para ello pusimos en marcha el Plan de Educacional Nutricional por el Farmacéutico (Plenufar). En las tres ediciones celebradas hasta la fecha han participado una media de 3.500 farmacéuticos que han formado a 100.000 amas de casa, 120.000 escolares y 30.000 personas mayores. En breve se iniciará la cuarta edición dirigida a mujeres en estado pre-concepcional, embarazadas, y madres lactantes. Ellas también aprenderán, de manos de los farmacéuticos, que la sal es necesaria, pero en su justa medida.
Aquilino García PereaVocal Nacional de AlimentaciónConsej. Gral. Colegios Oficiales de Farmacéuticos
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