Comunidad de Madrid

Madrid restaurará la laguna de los aceites degradada hace 20 años

Madrid restaurará la laguna de los aceites degradada hace 20 años
Madrid restaurará la laguna de los aceites degradada hace 20 añoslarazon

Contaminada desde hace casi 20 años, la laguna de los aceites, ubicada en el término municipal de Arganda del Rey, está a punto de recibir un importante «lavado de cara». La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid ha anunciado que procederá a la limpieza, descontaminación y restauración de este humedal ubicado en el Paraje Boca Alta dentro del Parque Regional del Sureste. Se trata, por tanto, de la primera acción emblemática del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que acaba de aprobar el Gobierno regional para la mejora de este enclave protegido de más de 31.000 hectáreas. Vertidos ilegales Degradada por lodos ácidos de caliza y aceites, el estado de la laguna de 1,2 hectáreas de extensión es tal que si alguien decide acercarse hasta ella y tirar una piedra, ésta, por la cantidad y el tipo de contaminantes, prácticamente flota. El deterioro del humedal que ocupa parte del terreno de una antigua gravera de 6,4 hectáreas tiene su origen en los vertidos ilegales generados desde el año 1989 por las empresas Aceites Uribarri y Piqsa. Por su mal estado, así como por su ubicación dentro del segundo mayor espacio protegido de la región, la Consejería que dirige Ana Isabel Mariño decidió comprar este año la finca en cuestión a su último propietario, una persona que al parecer no tiene nada que ver con las compañías citadas, pues fue la Agencia Tributaria la que, según relatan fuentes de la Consejería, le dio, a modo de compensación, el terreno. Hoy, cuando todavía queda por decidir qué empresa lo limpiará (está abierto el concurso), se desconoce cuánto tiempo precisará la descontaminación de la laguna y cómo se realizará. Así que garzas, fochas y somormujos tendrán que esperar para «adueñarse» o mejor dicho recuperar este enclave, pues todavía queda un tiempo para que se inicien las tomas de muestras, una tarea ardua si se tiene en cuenta que a los niveles de contaminación hay que sumar los diez o quince metros que tiene de profundidad la laguna. Una vez concluya el muestreo, habrá que proceder a la eliminación del vertido, tratar los lodos en una planta u otra según el tipo, restaurar el suelo y finalmente reverdecer la zona. Esta actuación se enmarca dentro de la política de «tolerancia cero» del Ejecutivo regional para acabar con los vertidos ilegales, tal y como recordó el director general de Medio Ambiente de la Consejería, Federico Ramos, durante la visita al degradado humedal.