País Vasco

Mari Mar Blanco: «Cada atentado debe darnos más fuerza»

«Lo que da alas a los terroristas es la división de los demócratas»

Mari Mar Blanco: «Cada atentado debe darnos más fuerza»
Mari Mar Blanco: «Cada atentado debe darnos más fuerza»larazon

VITORIA- En sus ojos conviven la esperanza y la tristeza por el último mazazo de ETA. En su corazón, admite, alberga paz y libertad. La parlamentaria del PP Mari Mar Blanco estrena su andadura en la Cámara vasca con «alegría», porque ya no debe compartir hemiciclo con la izquierda abertzale, y con «ilusión», por estar al frente de la Comisión de Derechos Humanos. La hermana de Miguel Ángel Blanco, edil popular asesinado por ETA en 1997, tiene claro el principio que va a guiar su actuación: acabar con la equidistancia entre víctimas y verdugos de la que hizo gala uno de sus predecesores en el cargo que ahora desempeña, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu.–¿Qué ha sentido al conocer el asesinato a manos de ETA del policía nacional Eduardo Puelles?–He vuelto a revivir mi dolor desde el minuto cero y he lamentado la angustia por la que está pasando la familia de esta última víctima. He tenido oportunidad de hablar con su mujer y me he visto en el papel que ejerció conmigo hace doce años Consuelo Ordóñez. –Por fin en la Cámara vasca ha habido una condena unánime de un atentado terrorista.–Es esencial. Lo que da alas a ETA es la división, como ocurrió en la anterior legislatura en el Parlamento vasco y en el Congreso de los Diputados. Cada atentado tiene que dar más fuerza a los demócratas. Si actuamos desde la unidad política y social, no podrán con nosotros. Los ciudadanos tienen que convertir la manifestación de Bilbao en una repulsa masiva contra ETA.–En 1999 el terrorista Josu Ternera accedió como vocal a la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco de la mano de EH. Diez años después, y por vez primera, preside ese órgano una víctima de ETA. ¿Qué ha ocurrido en este tiempo?–Que se ha puesto fin a la equidistancia de los gobiernos nacionalistas. Es un signo de que las cosas se están haciendo bien. La presencia de un asesino que vulnera los derechos fundamentales en una Comisión que lucha por garantizar esos derechos fue la mayor humillación a la que un Gobierno vasco podía someter a las víctimas. Ahora, sin embargo, se les dignifica.–Usted dijo que si Ibarretxe siguiese en el poder nunca se hubiera aceptado su candidatura. Si la izquierda abertzale siguiese en la Cámara vasca, ¿se hubiese postulado?–Sí. Aun con la izquierda abertzale hubiese aceptado este cargo porque hemos de garantizar la libertad de los ciudadanos por encima de que los terroristas tengan voz en la Cámara de Vitoria. Si bien es verdad que su ausencia me produce trabajar con mayor alegría.–¿Qué pasaba por su cabeza cuando se estrenó en su nuevo cargo?–Me acordé muchísimo de mi hermano, de lo orgulloso que se podría sentir al ver a su hermana al frente de una Comisión tan importante y con tanto significado moral. También pensé en que se han perdido él y tantas víctimas del terrorismo este cambio político por el que tanto hemos trabajado.–¿Cómo recibió la llamada a la mesura que le trasladó el PNV en su primera sesión de trabajo?–Al PNV le molestó que después de 30 años vaya a romper la equidistancia de los gobiernos nacionalistas. Y Aralar ha decidido dar continuidad al mensaje de los que ha ilegalizado la Justicia. Tengo que destacar el total apoyo que he recibido del PSE ante estos ataques y celebrar el giro de 180 grados que se ha dado en cuanto al reconocimiento moral de las víctimas.–¿Prevé algún obstáculo en su gestión? Aún está pendiente el informe que encargaron los nacionalistas en la anterior legislatura relativo a las víctimas policiales.–Obstáculos habrá. Pero quiero dejar claro que mi voto no va a ser favorable para que puedan comparecer en la comisión quienes no condenan un atentado porque hacen apología del terrorismo. –¿Qué balance hace del trato institucional dado a las víctimas en el País Vasco? –El cambio ha sido grande. Hemos pasado de enterrar en los años 80 por la puerta de atrás a los guardias civiles a homenajear a las víctimas de la Benemérita en la Cámara vasca como ocurrió de forma inédita con Juan Manuel Piñuel. Ahora, aunque el reconocimiento institucional está muy bien, no deja de ser algo puntual. Es más importante el reconocimiento moral: que no se permitan homenajes a los presos de ETA como hasta hoy, que no haya calles que rindan homenaje a los terroristas y que no haya más muros de la vergüenza como los ha bautizado el lendakari Patxi López. Es lo que más hemos echado en falta.–¿Le supone alguna contradicción mantener importantes discrepancias con los socialistas a nivel nacional y sustentar su gobierno en el País Vasco? –No olvido el periodo de negociación abierto por el PSOE con ETA. Dijeron que Otegi y De Juana eran hombres de paz y que las víctimas crispábamos. Tampoco olvido la foto del lendakari reunido con Otegi. Pero las cosas han cambiado de rumbo, yo creo que se aprende de los grandes errores del pasado. Confío en que ésta sea la legislatura de la derrota de ETA y no de la negociación.– ¿Se ve cuatro años al frente de la Comisión?–Espero que sí… Si se rompe el pacto PSE-PP será porque el Gobierno vasco no lo cumple. Nosotros seremos leales mientras se respete lo acordado.–Patxi López cumplió su sueño, que parecía imposible, de convertirse en lendakari. ¿Cuál es el suyo? –Mi sueño es poder desempeñar mi trabajo en la Comisión de Derechos Humanos y levantarme cada mañana sin el miedo y la angustia de que se haya producido un nuevo atentado. Poder hacer una vida política dentro de la normalidad, la paz y la libertad ahora que he dado este paso.

De Ermua al ParlamentoVelar por los derechos humanosMari Mar Blanco, parlamentaria vasca del Partido Popular y hermana de Miguel Ángel Blanco, concejal de Ermua asesinado por ETA en 1997, preside desde el pasado 8 de junio la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Blanco estrenó su cargo con un llamamiento a la unidad de los partidos, con el fin de proteger a «todos los ciudadanos que vean vulnerados sus derechos fundamentales, como el derecho a la vida y a la libertad». La joven, cuya profesión es la de Técnico en Empresas y Actividades Turísticas, también es presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, que vela por la conservación del espíritu de Ermua, surgido tras el secuestro y asesinato de su hermano, cuando millones de personas salieron a la calle en toda España para manifestarse contra la barbarie terrorista.