Ecuador

Más dinero para qué

Antes de aumentar la financiación autonómica habría que saber en qué se va a gastar, fiscalizarlo y lo que se desvíe restarlo en el próximo ejercicio

La Razón
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Anda la Generalitat desairada porque Solbes no le da el dinero que pide, y porque parece que las cantidades ofrecidas no se acercan a lo que el tripartito plasmó en el estatut.Entiendo que todo el mundo quiera siempre más dinero, y es comprensible que así se plantee desde las autonomías. Pero creo también que el comportamiento responsable debe ser inherente a la clase política, aunque a veces parezca lo contrario.Podría tener lógica que las autonomías apretaran al Gobierno central en un momento general de bonanza económica y con unas cuentas del estado en superávit. Aunque no es lógico que esa presión se siga ejerciendo en una situación delicada, con una economía en recesión, con unos ingresos aminorados por la caída de la recaudación fiscal, y con unos gastos disparados por el aumento de las prestaciones sociales para el pago del subsidio de desempleo a casi cuatro millones de parados.En este escenario lo razonable hubiera sido hacer lo que propuso Felipe González, que recomendó a su tropa socialista que olvidara las reivindicaciones de nueva financiación y tratara de ajustar el presupuesto al dinero existente. No se le hizo caso y unos y otros siguieron adelante reclamando más financiación, incluido el Gobierno de Zapatero que, en una huida hacia adelante suicida, se comprometió a preparar un menú financiero a la carta, de manera que unos cobrarían más por población, otros por territorio, otros por insularidad y otros por bilingüismo.Todo esto está muy bien cuando sobra el dinero. Pero está regular cuando los fondos escasean. De manera que, instalados en tal escenario, Solbes hace lo que puede y acaba diciéndole al tripartito catalán que lo que hay son dos mil millones extra, pero ni un euro más.Entiendo que no sea la cifra ideal, pero dos mil millones de euros más dan para mucho. Otra cosa es que uno no pretenda ajustarse el cinturón y quiera vivir gastando sin parar en sueldos sobrepagados de funcionarios, coches fantásticos para el presidente del Parlament, cien coches oficiales para altos cargos de la Generalitat, televisiones y radios autonómicas que siempre están en números rojos, informes increíbles sobre la seguridad en China o la almeja brillante, o los interminables viajes de Marco Polo Carod Rovira, repartiendo dinero en Ecuador o la Amazonía, cuando no abriendo embajadas para las que no tiene competencias. Algo que podría estar bien de no haber crisis, pero que está fatal cuando los fondos escasean y el guión exige austeridad. Lo peor aún es que se empeñen en pedir, sin plantear a la vez un programa de recortes de gasto que elimine la suntuosidad enumerada.El dinero que se da a las autonomías debería tener un fin finalista premarcado. Tanto para Sanidad, pero sólo para Sanidad. Tanto para educación, y sólo para educación siempre que no se vulneren los preceptos sobre el bilingüismo y no se enseñe a los niños a odiar a España. Tanto para infraestructuras o para agricultura, pero nada para política exterior, porque la Generalitat no tiene competencia alguna en esta materia y todos los viajes de Carod deberían ser anulados o declarados ilegales.Antes de dar más dinero hay que saber en qué se va a gastar. Después fiscalizarlo. Y lo que se gastó inadecuadamente, restarlo de los fondos a percibir en el próximo ejercicio. Sería la única manera de poner algo de orden en este despelote.