Castilla-La Mancha
Mata a jarronazos a su ex pareja delante de su hija
La niña, de 6 años, tenía un chichón y moratones, además de cortes en las piernas por los cristales.
TOLEDO- Eva María R. C., de 33 años, vivía en Madrid, en el madrileño barrio de Vallecas, pero el viernes se trasladó hasta la localidad toledana de Chozas de Canales, donde viven sus padres, para acudir al bautizo de un sobrino. Además, había fiestas en el pueblo. Sobre las ocho de la tarde decidió ir a casa de los padres, con una de sus hijas, de 6 años, con la intención de cambiarse de ropa, pero allí la esperaba su verdugo: su ex pareja.J. F. C. M., de 26 años y de nacionalidad portuguesa, se abalanzó sobre la mujer y la golpeó hasta matarla con un jarrón de cristal, cuyos restos usó para causarle varias heridas, algunas en la cara y en el cuello, según relató a Efe el alcalde, Julián Agudo. La pequeña, de 6 años, que presenció los hechos, también resultó agredida. Sufrió un chichón en la cabeza, un moratón en el ojo y varios cortes por cristales en las piernas, relató una vecina que acogió a la niña hasta que por la noche llegó su padre a recogerla. La vecina y su marido le cambiaron a la pequeña la ropa manchada de sangre por otra limpia de su nieta y trataron de calmarla diciendo que los médicos iban a curar a su madre, pero la niña repetía con insistencia: «Mi mamá está muerta».El agresor, que tenía una orden de alejamiento, había intentado escapar con la camisa ensangrentada, pero un vecino le vio y dio aviso a la Policía Local, que le encontró a unos 700 metros de la casa. Dijo a los agentes que había tenido una pelea con su mujer y que a lo mejor la había matado. Fue detenido y pasó a disposición de la juez de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Illescas (Toledo), que decretó el secreto del sumario.De procesiónLa Guardia Civil y los servicios sanitarios acudieron poco después al lugar de los hechos y constataron el fallecimiento de la mujer. En el momento en que ocurrieron los hechos, los vecinos de Chozas de Canales se encontraban en una procesión con motivo de las fiestas de la localidad, que tiene 1.167 habitantes y está situada a 36 kilómetros de la ciudad de Toledo, en el norte de la provincia, en la comarca de La Sagra.El alcalde del municipio decidió la suspensión de las fiestas de la localidad y decretó dos días de luto por suceso.Ayer, después de la misa de 12, cientos de vecinos se concentraron en la plaza del Ayuntamiento, donde han guardado un minuto de silencio en su memoria.Eva María, que es la primera víctima de la violencia machista en Castilla-La Mancha en lo que va de año y la trigésima en España, fue enterrada ayer en el cementerio de la localidad toledana.
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