Artistas
Mondo Brutto
Se arriesgó Aguirre, brava como pocas, se arrimó a terrenos prohibidos
Tengo pendiente un viaje en próximas fechas al Castillo de Tantallon, en North Berwick, Escocia, para saludar de cerca a un fantasma que asoma la gaita (cuñao) por una ventana. Dicen los especialistas que no es un autónomo sin curro, no: se trata de un fantasma con toda la documentación en regla, federado, colegiado y máster en fotografía movida. Por lo visto podría ser Jaime V, un rey que mantuvo la paz con España, que patrocinó a los más grandes escritores que se conocen de las islas, precursor, además, de la cruzada moderna contra el tabaco y su olor en las cortinas. Vistos los retratos de la época, no sabe una si es pachón o gorrino, y vista la imagen del fantasma del castillo tampoco sabe una si es chuletón o chuletilla, así que aportamos como prueba de la coincidencia el mariliendrismo evidente. A mí me gustan mucho los fantasmas. De hecho, creo que mi abuela Emilia debe estar ahora mismo pegando sustos en las matanzas españolas, tangando morcillas. Ya lo dijo ella cuando nos negamos a prometerle que su funeral estaría oficiado por cinco curas: «vosotros mismos, me pienso aparecer por las noches». De Escocia es también Nessie, del que mi amigo Doggy es defensor a ultranza. Defensor de su existencia, digo. Doggy es uno de los talentos que perpetra el fanzine Mondo Brutto y que acaba de sacar a la venta el número cuarenta. En la portada del Mondo Brutto, en este número cuarenta, impagable, aparece Esperanza Aguirre tocando la guitarra, así que enseguida se me vino a la mente el episodio de la otra tarde cuando esta buena señora se acercó a hacerse la foto en la movida de la noche de los teatros y se llevó un abucheo y un saco de insultos. Lo debería haber adivinado. No es su público. Ella es más de centro social y clase de aerobic. Pero se arriesgó Aguirre, brava como pocas, se arrimó a terrenos prohibidos, y del morlaco, de esa autodenominada intelectualidad, salieron voces que la llamaron zorra. Zorra. Como lo oyen: zorra. Y luego dirán que no pueden dormir sin leer un ratito.
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