Crisis en el PSC
Mordiscos amorosos por Marina astaño
El amor verdadero es el más exquisito manjar desde el primer mordisco, y no me estoy refiriendo ahora a ningún tipo de vampirismo, aunque el amor, en sí, es vampírico: siempre uno de los dos miembros de la pareja succiona del otro la energía, la paciencia, la entrega, la condescendencia, ¡hasta el espacio en el armario! Pero no, no vamos a ir por ese camino, que nos desvía de lo que hoy se pretende comentar en esta columna, vamos a hablar de los mordiscos en los momentos de pasión. La tradición erótica hindú concede mucha importancia a esta práctica, que eleva el placer en las relaciones sexuales. Cualquier parte del cuerpo susceptible de ser besada, lo es también de ser mordida. La intensidad dependedel grado de aceptación de esta práctica por parte de quien la recibe, considerando así que el mordisco clásico consiste en tomar entre los dientes una gran cantidad de piel; el mordisco «escondido» es cuando se muerde el labio inferior de la pareja, dejando visible la marca de la fila de dientes inferior; el «mordisco del jabalí» simboliza la pasión de la pareja y debe aplicarse en los senos, los hombros y en la espalda. Podría escribirse un tratado del mordisco de pasión, pero, por hoy, remataremos diciendo que el mordisco en el orgasmo puede hacer que éste sea más duradero, pero conlleva el riesgo de que el éxtasis lleve a morder en exceso y eso puede resultar doloroso y, por tanto, no grato para el receptor.
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