Nadie sabe quién es

Hoy es un día bastante difícil en lo que se refiere a mi vida personal y profesional. La pérdida de Michael Jackson me afecta por partida doble. Muchas son las ocasiones en las que estamos de espectadores y opinamos sobre lo que no se puede juzgar en vez de, simplemente, disfrutar del arte o del concepto, que es básicamente lo que se busca cuando estás encima de un escenario. Algo parecido nos ha pasado con Michael Jackson (y no hablo por mí). Nos hemos parado a opinar y especular sobre una supuesta vida «incorrecta», una vida que, por suerte o por desgracia, nadie conoce a fondo más que él. Lo que sí sabemos es de su gran capacidad para llegar al corazón de las personas, cambiar vidas, inspirar artística y personalmente a muchos otros artistas y personas corrientes; crear magia encima del escenario, componer música atemporal, dejar un legado digno de reyes y muchas cosas más muy fáciles de recordar con tan sólo pensar en su nombre. Michael Jackson ha sido mi referente a muchos niveles. Nunca imaginé que esta pérdida iba a afectarme de una manera tan rotunda. Me encuentro un poco desorientado y no sé qué hacer, qué cantar o qué bailar. Supongo que para el mundo será cuestión de tiempo que todo vuelva a la normalidad, es ley de vida. Pero a mí y a muchos más igual nos va a costar reponernos de su muerte y del vacío que deja. Aun así, la vida sigue y hay que darlo todo a todos los niveles. Nos deja su música y su influencia, su capacidad y su potencia creativa. Su larga carrera de más de cuarenta años (empezó a cantar con cuatro) está plagada de logros. Entre todos ellos, elijo el disco «Off the wall» –y la producción del gran Quincy Jones– y «Thriller». Esta canción y el videoclip marcan un antes y un después en cuanto al concepto artístico aplicado a la música. Lo peor, además de la pérdida, es no haber podido verlo en directo. Yo era uno de esos miles de «fans» que tenía compradas varias entradas para el primer concierto que iba a dar en Londres el 13 de julio. Lo mejor: que a partir de ahora el rey se convierte en leyenda.