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Nairobi acoge la cumbre sobre la crisis de la RDC con presencia de Kabila Kagame Ban y Michel

Nairobi acogerá hoy una cumbre regional para tratar de impulsar una hoja de ruta que permita encontrar una solución al conflicto en el este de República Democrática del Congo (RDC), donde, en las últimas semanas se han registrado enfrentamientos entre los rebeldes tutsis liderados por general renegado Laurent Nkunda y fuerzas gubernamentales en Kivu Norte.

Entre los asistentes a la cumbre, que se celebrará bajo los auspicios de Naciones Unidas, figuran el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel; el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; los presidentes de la RDC y Ruanda, Joseph Kabila y Paul Kagame repectivamente, los dirigentes de Kenia, Uganda, Tanzania, Burundi y Sudáfrica y representantes de la Unión Africana (UA).
La conferencia se celebrará un día después de que se denunciara el «asesinato selectivo» de al menos una decena de civiles a manos de las milicias del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo(CNDP), del general disidente tutsi prorruandés Laurent Nkunda, en la localidad de Kiwanja.
Los rebeldes recuperaron el control de esta localidad el pasado miércoles por la noche después de dos días de enfrentamientos con las milicias progubernamentales Mai Mai.
La mayoría de sus 30.000 habitantes huyeron presas del pánico durante los enfrentamientos que tuvieron lugar entre el martes y el miércoles. Aparte, al menos una docena de cadáveres de varones adultos quedaron visibles entre las casas de adobe con tejados de lata de la localidad aparentemente por el impacto de cohetes y granadas, según comprobaron periodistas y miembros de la misión de la ONU (MONUC) sobre el terreno, que precisaron que no había ningún indicio de que los muertos fueran milicianos, no había ni armas ni uniformes cerca de ellos. Algunos llevaban monos de trabajo.
Al respecto, la investigadora de Human Rights Watch (HRW), Anneke Van Woudenberg, declaró ayer que «el asesinato de civiles, la destrucción de los campamentos, el retorno forzado de los desplazados y la evacuación forzosa de las ciudades constituyen todos crímenes de guerra».
Fuentes gubernamentales acusaron ayer a las milicias de Nkunda llevar a cabo un rastreo casa por casa en busca de supuestos Mai Mai y de asesinar a varios jóvenes civiles en estas operaciones. Nkunda negó que sus tropas hayan matado a civiles.
«Eran Mai Mai, y muchos iban vestidos de civiles», dijo. Un portavoz militar de la MONUC, el teniente coronel Jean Paul Dietrich, aseguró que «aunque fueran combatientes, si se entregaron y después fueron asesinados sigue siendo un acto criminal».
Dietrich aseguró también que las tropas de Nkunda han tomado el control de otros pueblos de los alrededores de Goma, «rompiendo el alto el fuego declarado por ellos mismos».
«Ahora está claro que están intentando tener el territorio totalmente bajo su control», añadió. Nkunda aseguró que sus hombre mantienen el alto el fuego.
La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) advirtió esta semana de que estaba vigilando de cerca este último estallido de un conflicto que tiene sus orígenes en el genocidio de Ruanda de 1994 y aseguró que los «crímenes no quedarán impunes».
Aparte, las agencias humanitarias están intentando hacer llegar alimentos y cuidados médicos a los 200.000 desplazados que se encuentran en los campamentos situados alrededor y justo al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte.
No obstante, fuentes humanitarias han advertido de que en la provincia hay alrededor de un millón de desplazados que necesitan ayuda de emergencia y que se encuentran atrapados por los combates, ocultos en la selva o aislados en las zonas bajo control rebelde o miliciano.
Ban Ki Moon pidió ayer el cese inmediato de las hostilidades y urgió a las partes en conflicto a retirar sus fuerzas a las posiciones previas a la reanudación de los enfrentamientos el pasado 28 de agosto.
En un comunicado, Ban urgió a los grupos armados implicados a apoyar los esfuerzos por encontrar una solución política a la crisis actual y les conminó a abstenerse de realizar actividades que puedan generar mayores desplazamientos y más sufrimiento a la población civil. «El punto de partida de esta conferencia será el de establecer una ‘hoja de ruta', con resultados concretos que deberán materializarse y las modalidades para su aplicación», explicó ayer Louis Michel en un comunicado emitido antes de partir hacia Nairobi.
A su juicio, la declaración final que salga de la cumbre «deberá reflejar una estrategia común frente a la amenaza para la paz y la estabilidad que representan los grupos armados extranjeros y nacionales en República Democrática del Congo».
Para que el texto sea «operativo y eficaz», Michel considera que debe «especificar sobre todo los pasos que deben seguir a los compromisos suscritos por las partes implicadas» en el conflicto. Asimismo, consideró que «la conferencia debe igualmente facilitar la puesta en marcha de una diálogo político directo entre las autoridades congoleñas y el Comité Nacional para la Defensa del Pueblo».
Hasta la fecha, el Gobierno de Kinshasa se ha negado a mantener negociaciones directas con la milicia tutsi, pese a las amenazas de este grupo rebelde de derrocarle si no acepta dialogar. Al respecto, el primer ministro congoleño, Adolphe Muzito, declaró ayer poco antes de partir desde Goma hacia Bukavu (Kivu Sur) que sólo accederá a dialogar con los rebeldes «en el marco del programa de paz ‘Amani'», nombre con que se conoce el acuerdo a que llegaron todos los bandos armados enfrentados el pasado mes de enero en Goma, que preveía el desarme de las diversas milicias, tanto las rebeldes como las progubernamentales.
El comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria celebró que, tal y como planteó la semana pasada, finalmente se celebre una iniciativa regional de estas características para tratar de pacificar la zona, con el beneplácito de República Democrática del Congo y del vecino Ruanda. Joseph Kabila, acusa a Kigali de apoyar a sus grupos rebeldes en su territorio.
El Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, recalcó ayer su deseo de que la cumbre de Nairobi contribuya a pacificar la zona y subrayó que la prioridad, en estos momentos, debe ser ayudar a la población desplazada y centrar toda la atención en garantizar que la ayuda humanitaria de la comunidad internacional llega a las personas necesitadas.
LA MONUC Amnistía Internacional pidió ayer a los dirigentes africanos e internacionales que se reúnen en Nairobi que presionen al Consejo de Seguridad de la ONU para que envíe refuerzos y personal especializado, así como equipamiento, a la MONUC a fin de que pueda proteger mejor a los civiles.
La ONU tiene desplegada en RDC su fuerza de paz más numerosa, con 17.000 efectivos. Pero los comandantes de la misión dicen que no pueden llegar a todas partes en un vasto y violento país que, a pesar de contar con enormes reservas de minerales, sólo tiene 600 kilómetros de carreteras asfaltadas.