Ninfas como moscas

Las Lolitas son para el verano como las bicicletas y las gambas frescas. El aire en el tiempo con riesgo de incendio. La geometria cálida y embriaguez prohibida del fin de la inocencia. Las muchachas en flor incubadas en primavera proliferan y estallan con la llegada de las altas temperaturas desencadenando pasiones con cara de no haber roto un plato. Son el contrapunto de un estiaje que tiende al feísmo como expresión reventada y sudorosa de la miseria humana. Allí están ellas, eclosionando como una cándida y voluptuosa plaga de tentaciones párvulas, que hacen que se nos abanique la mirada con una brisa de páginas de Nabokov, asistiendo al encantamiento de fenómenos inesperados. Puede ocurrir donde menos se espera y hasta en las más insospechadas familias. ¿Hasta ahora su niña era un retaco malayo, con gafotas, cejijunta y ortodóncica, y hoy lleva gafas de sol de corazoncitos, lame con lascivia un chupa-chups y está tan rica como un quesito con yogur? No se preocupe, sólo le ha nacido una Lolita más en la colmena de las mieles menores.El paraíso de Humbert Humbert podría ser el panorama que se avista en el nuevo calendario Pirelli, que desafía la fórmula de la estética neumática para apostar por la mórbida línea de esbeltas púberes aterciopeladas bajo el sol, escogidas entre lo más tierno del modeleo adolescente mundial. Para más gloria de Terry Richardson, el divino fotógrafo de moda con pinta de tatuado viejo verde, que gusta de retratarse con ellas chupándoles los dedos. De casta le vieneAunque la nueva reina, o princesita, del género pueda ser (¡Y Dios creó a la niña-mujer!) la espléndida y turbadora Georgia Jagger, que de casta le viene a la galga, con algo de sus padres Mick y Jerry Hall y mucho de su parte, de la que ya se dice que es la Brigitte Bardot del siglo XXI. En competencia con la pequeña hermana de Laetitia Casta o la hija de Lisa Marie Presley, tienen todo el peligro de la belleza sólo apta para mayores con reparos.