Berlín

Obama critica a los negacionistas en Alemania

Obama critica a los negacionistas en Alemania
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berlín- Barack Obama completó ayer una agenda cargada de simbolismo en su fugaz visita a Alemania. Procedente de Egipto, donde el jueves había tendido la mano al islam con su discurso en la Universidad de El Cairo, y antes de asistir hoy en Francia a la conmemoración del 65º aniversario del desembarco de Normandía, el presidente norteamericano condensó en 24 horas varios gestos de «reconciliación, perdón y esperanza».
Para empezar, la escala de Obama no transcurrió en Berlín, sino en Dresde, una ciudad de tamaño medio situada en la antigua RDA. La elección no pudo ser más intencionada: en la noche del 13 de febrero de 1945, 4.000 toneladas de bombas aliadas regaron sus calles de destrucción. Sin valor militar, Dresde –apodada hasta entonces «la Florencia del Elba» por su rico patrimonio barroco– quedó reducida a cenizas cuando el Tercer Reich estaba a punto de capitular. Aquel bombardeo, uno de los más polémicos de la Segunda Guerra Mundial, se saldó con la muerte de unos 25.000 civiles. «De la tragedia surgió después una Europa unida», aseguraba ayer Obama en la reconstruida ciudad sajona. «Eso demuestra que siempre hay posibilidades de reconciliación», afirmó, con un ojo puesto en elpasado de Alemania y el otro en el futuro de Oriente Próximo, Irak y Afganistán. Esa misma conexión entre las guerras de ayer y las de hoy la trazaría por la tarde con dos visitas más: al campo de concentración nazi de Buchenwald, el primero en Alemania que recibe a un inquilino de la Casa Blanca, y al hospital militar de Landstuhl, donde se recuperan los soldados norteamericanos heridos en Afganistán. En Buchenwald, Obama subrayó, por un lado, el papel de su país en la derrota del nazismo. El hecho de que su tío abuelo Charles Payne formase parte de la división americana que liberó a los prisioneros aún añadió más fuerza a su mensaje: «Tras luchar aquí, mi pariente pasó unos meses muy difíciles tratando de reajustarse a la vida civil», enfatizó. Pero, al mismo tiempo, el presidente de los EE UU enviaba con su presencia en uno de los centros del Holocausto (en Buchenwald fallecieron 11.000 judíos) un mensaje conciliador hacia Israel, después de repetir en El Cairo su apoyo al estado palestino.
 

Merkel, «Difícil y descortés»
Muchas miradas estaban puestas ayer en la canciller a raíz de que algunos medios insinuasen que las relaciones entre Washington y Berlín no pasan por su mejor momento. El verano pasado, Merkel impidió el discurso de Obama en la Puerta de Brandenburgo y en abril se negó a viajar a la Casa Blanca. «Der Spiegel» reveló que la canciller es vista como una interlocutora «difícil y descortés» en EE UU. Ayer, tras reunirse durante una hora, ambos fueron correctos y coincidieron en tildar de «invenciones de la prensa» sus supuestas desavenencias.
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