Hollywood

Objetivo: matar al presidente

En una Plaza Mayor falsa, el presidente de EE UU cae al suelo tras recibir un disparo. Dennis Quaid es su guardaespaldas y Eduardo Noriega, el principal sospechoso.

La Razón
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Aunque Pete Travis ambiente este «thriller» en Salamanca, el país que acogió el rodaje fue México, donde la Plaza Mayor de la ciudad fue meticulosamente reconstruida. Y, aunque suene exótico, este cineasta dedicado hasta ayer a la TV asegura que lo tuvo siempre claro: «Visité Madrid, Sevilla, pero cuando llegamos a Salamanca me enamoré de ella. Y resultaba creíble que pudiera acoger una cumbre sobre terrorismo internacional como el de la película». Lo más marciano radica en que el filme, coprotagonizado por Forest Whitaker, Matthew Fox, Sigourney Weaver y William Hurt, esté poblado de extras aztecas... «Bueno, España es un país multicultural y decidimos elegirlos con aspecto europeo», dice, aunque pocos den el pego. Lo que no duda Travis, quien presentó la cinta en Salamanca junto a Noriega, Whitaker y Fox para deleite de las jovencitas enganchadas a «Perdidos», serie en la que interviene este último, es en calificar la obra como «un gran filme de acción. Cuanto mayor sea el realismo, más asustará, y de ahí surge la emoción». Choca, sobre todo, su compleja estructura narrativa, que mezcla los distintos puntos de vista de ocho personajes: «Ésta es una historia sobre cómo contar historias. Por eso resultaba clave que se desarrollara en España, porque demuestra que no existe una sola perspectiva para observar la realidad».

 

Estrechez de miras

En cuanto a la esceneficación del atentado, señala que «nos pusimos en contacto con el servicio de proteccción del presidente para saber dónde se colocarían ellos en dicho enclave». Aunque, a pesar de todo, insiste en que la película no trata sobre el terrorismo: «No es el tema central, sino las maneras tan distintas en que vemos el mundo. Vamos a ignorar lo que sucede en el planeta hasta que no adoptemos la mirada del otro. La película critica las miras estrechas». Noriega, que debuta con este papel en Hollywood y cuando aparece da la impresión de recién levantado, comenta que su personaje es «una víctima más, un tipo torturado por los celos que se venga poniendo su vida y la de los demás en juego». Y reconoce que «la réplica de la Plaza Mayor era impecable. El que aparezcan mexicanos no es importante, porque, aunque aquí choca, en Tailandia les dará igual», apostilla el actor, quien estrena pronto «Transsiberian», del estadounidense Brad Anderson. Elegante de camisa y corbata,Whitaker indica por su lado que «me interesan dos ideas del guión: la de la vuelta atrás constante y mi personaje, alguien corriente que de pronto descubre que existe la humanidad y decide intervenir en los hechos».

 

Perdido en la plaza

El ganador de un Oscar subraya por último que «hay que encontrar un equilibrio entre trabajo y vida. Sé a lo que me refiero: mi padre tuvo varias ocupaciones y no estaba nunca en casa. Por ello defiendo el concepto de familia». Un tímido y muy alto Matthew Fox puso la guinda en Salamanca con la ciudad plagada de números extraños. Los seguidores de «Perdidos» sabrán: «La amenaza de un atentado forma parte de nuestras vidas, aunque en el filme funciona como telón de fondo», revela el intérprete, que es muy mono y no reniega de la pegajosa fama: «La serie me generó oportunidades y fue también positivo en el plano personal, ya que mi pareja y yo nos fuimos a Hawai y nuestros niños están allí muy contentos». Y Fox firma de nuevo autógrafos. Deprisa, que el tiempo apremia.