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Ortega Cano favorito de «Mira quién baila»

La Razón
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D udan, vacilan y se prodigan carantoñas y lametazos como los de Boris junto a la ternura comprensiva de Teté Delgado, los chistes del Moranco y el aparente pasotismo del resto del jurado. Pero con Ortega Cano se deshacen en zalemas y le ofrecen oro, incienso y hasta mirra cuando a lo mejor preferiría tener una botella de ron como la que le ponían a la ya defenestrada Terelu Campos en el hotel de Sant Cugat. Cuentan y no acaban de cómo son las trepidantes noches de los concursantes, siempre dentro de un orden. El amor de Fran Rivera Mientras, unos cavilan si es cierta o no la relación de Fran Rivera con Elisabeth Reyes. Ella esquiva pronunciarse, algo sospechoso dada su buena relación con la Prensa. Nunca se mostró tan escurridiza, y da para malpensar. Otros afirman que la pareja lleva saliendo desde hace un mes, y que pudo ser la madre de la miss malagueña quien dio el cante, requetefeliz al ver a la niña de sus ojos unida al torerito rompecorazones. El superlativo profesional queda para su hermano Cayetano, que sí continúa la gloria del abuelo Ordóñez. Fran se quedó a medio camino, oscilando entre los cuernos -famosos fueron los que le ponía a Eugenia en tiempos matrimoniales- y la publicidad de medio pelo. Hagamos historia: Elisabeth se enredó con el madridista Sergio Ramos , que salía de una especie de noviazgo con Nani Gaitán, quien, a su vez, se dio a conocer por su romance con Rafa Camino. El torero acababa de dejar a Lara Dibildos, a quien las parejas no le duran. Me pregunto qué les dará además de acoso, como suele contar Muñoz Escasi. El hermano de Sergio, René, está saliendo con otra miss, Vania Millán, la casi notario que no quiere ni acordarse de Óscar Lozano, quien le hizo una pirula inesperada con el piso que compartían en Francisco Silvela al realizar un reportaje un año después de romper en el que decía «que es mi casa». Líos aparte, me aseguran que Ortega Cano es firme candidato a ganar la nueva edición de «¡Mira quién baila!», donde descabalgaron a la torpona hija de su madre, a quien vestía un enemigo. Este lunes, la profesionalidad de Manuel Bandera le pisó los talones al viudo de la Jurado, que esta semana se esforzó a pesar de una gripe que le quitó ímpetu pero no arrogancia folclórica. Aunque no logre el primer premio, se lo lleva calentito a razón de 50.000 euros semanales, superando así los 47.000 que percibía Ana Obregón, ahora defenestrada por falta de seriedad.