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Paris Jackson: el rey ha muerto viva la princesa

Paris Jackson: el rey ha muerto, viva la princesa
Paris Jackson: el rey ha muerto, viva la princesalarazon

Más de cinco millones de visitas en el canal de vídeos Youtube lo confirman: ha nacido una estrella y se llama Paris Jackson. La hija de Michael Jackson ha pasado de ser una niña anónima -ni siquiera conocíamos su rostro más que por algunas fotos borrosas y de baja calidad- a la más firme candidata a tomar el relevo del estrellato en la familia. Esa misma familia que, dirigida por las hermanas LaToya y Janet, animó a la pequeña a que se dirigiera a la audiencia durante el funeral de su padre para darle el último adiós más mediático que se haya visto jamás: «Desde que nací, papi fue el mejor padre que se puedan imaginar... y sólo quería decirles que le quiero mucho», dijo mientras su tía Janet le susurraba: «Habla alto, cariño, y acércate». Una artista en potencia Apenas fueron 20 segundos de palabras entrecortadas y sollozos, tiempo más que suficiente en la era de internet para que Paris Jackson entrara por la puerta grande de la fama. Las malas lenguas aseguran que todo estaba planeado por el clan Jackson, pero Ken Erlich, productor de la ceremonia, ya ha aclarado que «el discurso fue improvisado». Al parecer, fue ella misma quien pidió hacerlo después de que su tío Jermaine cantara «Smile», de Charlie Chaplin, la canción favorita de su padre. De la emoción a la decisión, la pequeña confirmó así ante casi un billón de personas que ella es, de los tres hijos de Jackson, la más resuelta, la única capaz de tomar decisiones y una artista en potencia a la que su padre observaba con especial atención. El segundo capítulo del «efecto Paris» llegaba ayer a través de una información del tabloide británico «The Sun»: la pequeña quiere grabar una canción dedicada a su padre. Podría tratarse de un bulo, pero lo cierto es que refleja la demanda de información que, de repente, ha surgido alrededor de la única hija de Jackson. En el caso de ser cierto, el diario aclara que sus tíos no ven con buenos ojos la idea, y que temen que el salto del anonimato a la sobreexposición afecte a los niños. Morena pero sin rasgo alguno de raza negra, con larga melena lisa y unos impresionantes ojos verdes, la niña se presentó por primera vez al mundo en el estadio Staples Center de Los Ángeles sin los habituales gorros y velos con los que la cubría su padre para que nadie la reconociera. Ni a ella ni a sus dos hermanos, Prince Michael I y Prince Michael II, conocido popularmente como Blanket (manta) desde que, en 2002, el cantante lo «manteara» desde el balcón de un hotel berlinés ante el pánico de los allí presentes. Sin embargo, ninguna de las extrañas manías que siempre acompañaron al rey del pop parecen haber afectado a sus retoños. La polémica Debbie Rowe Paris Michael Katherine Jackson, nacida el 3 de abril de 1998, fue, al igual que su hermano mayor, Prince Michael I (nacido en 1997), fruto de la relación entre el cantante y la enfermera Debbie Rowe. Más que relación, un acuerdo matrimonial por el cual Rowe aceptó concebir a los dos primeros hijos de Jackson mediante inseminación artificial y renunciando a sus derechos como madre natural de las criaturas, ya que lo hizo, según ella, por amor al cantante y para cumplir su sueño de ser padre. Decisión que, después de una dura batalla legal y económica, se solucionó en 2005 a cambio de 60 millones de euros a pagar en nueve años. Tras la muerte de Jackson, Rowe aclaró en un primer momento que no pretendía recuperar a sus hijos -a pesar de que ahora sí planea hacerlo-, y también insistió en que los pequeños no habían sido concebidos con el esperma del cantante. Tampoco el pequeño, Blanket, de quien se desconoce la identidad de la madre. Menos probable aún es que el nombre de Paris se deba, como aseguró Jackson en su día, a que fue concebida en la ciudad del amor, ya que Rowe ha reconocido en varias ocasiones que el artista y ella jamás convivieron ni compartieron lecho durante sus tres años de matrimonio, desde 1996 hasta 1999. Por otra parte, el rey del pop intentó que Paris fuera bautizada en El Vaticano, pero la Santa Sede rechazó hacerlo porque no quería que una ceremonia tan íntima se convirtiera en un asunto mediático. Después de la negativa y tras el espectáculo organizado en Berlín con el pequeño Blanket, Jackson optó por alejar a sus tres retoños del ruido mediático. El mismo al que ahora se han lanzado sin velos ni máscaras.