Asturias

Pasarela de ministras: las nuevas chicas zapatero marcan estilo

Pasarela de ministras: las nuevas chicas zapatero marcan estilo
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La cartera en una mano, el bolso en la otra... Y listas para su primer Consejo de Ministros. Han pasado casi cinco años del posado para la revista «Vogue» en el que las ministras de un recién llegado Rodríguez Zapatero posaban en La Moncloa como abanderadas de la moda española. Aquellas ocho mujeres fueron cuestionadas por ejercer de «tops» por un día, precisamente en el Gobierno que buscaba desterrar la imagen de la «mujer florero» a golpe de paridad. De esa instantánea sólo sobreviven María Teresa Fernández de la Vega, Elena Espinosa y Elena Salgado. El atrevimiento de Carmen Calvo o los labios rosados de Narbona pertenecen ya a la memoria. De ahí que la reciente remodelación del Gobierno haya convertido a La Moncloa una vez más en la pasarela más ecléctica de cuantos estilos rondan las calles y oficinas de nuestro país. Aires nuevos, o no tanto, en cada una de las mujeres cercanas al presidente que presumen de sello propio en su forma de entender la política y en los patrones para elegir tacones. Así, Elena Salgado, reinventada en vicepresidenta económica, es fiel al estilo Prada que tanta elegancia le ha reportado. Lo confirman los zapatos con degradado de la firma italiana, lo más «in» del pasado invierno, con los que relevó el miércoles a Solbes. No suele aventurarse en los cortes y sólo se permite un riesgo milimétrico en los tonos de sus trajes. Habitual de Cibeles, siente debilidad por Davidelfin, Juanjo Oliva y Alma Aguilar. Querencia por esta diseñadora también tiene Ángeles González-Sinde. La nueva ministra de Cultura es defensora de la moda patria, con Devota&Lomba a la cabeza. Como presidenta de la Academia de Cine elevó su compromiso personal a oficial tras firmar un acuerdo con la Asociación de Creadores de Moda para que los Goya fueran su escaparate. Cumplió y aquí está. Buena combinaciónSu romanticismo vital impregna cada una de sus elecciones en la alfombra roja o en las ruedas de prensa. Sus prendas fetiche: los vestidos de tejidos vaporosos y las merceditas como aliadas en los pies. Tiene cierta habilidad para combinar colores dispares y crear conjuntos acertados, innovadores sin llegar al histrionismo. Más propensa a los neutros –negro y blanco por doquier– es la responsable de Ciencia. Cristina Garmendia sólo viste aquellas prendas que sabe le quedan como un guante y que compra en tiendas multimarca de San Sebastián. Disimula su físico para mostrarse como mujer cosmopolita pero no agresiva, ya sea con los exquisitos trench que ha escogido durante el otoño o con camisetas sencillas que ceden el protagonismo a su colección de chaquetas vivas. El rosa chicle, indispensable.Bibiana Aído se topó con el Ministerio de Igualdad con tan sólo 31 años. Pasó de ser directora de la Agencia del Flamenco a estar al frente de la lucha contra la violencia de género. Y eso le ha pasado factura a su guardarropa. Dejó en su Cádiz natal los vaqueros y las camisas amplias, y se encaminó hacia un vestuario clásico a golpe de trajes en «tweed», chaquetas en colores básicos, faldas tubo por debajo de la rodilla y pantalones negros. Para lograrlo ha echado mano de Tere Torres, creadora de su tierra que también viste a Teófila Martínez. El resultado: un estilo algo encorsetado que no acaba de encajar con su perfil de ministra más joven de la democracia. Y eso, a pesar de su pasión por la maxi bisutería, los pañuelos y las bufandas que rompen, sólo en parte, con esta ficticia vejez. «Es un quiero y no puedo, quiere parecer mayor para aparentar seriedad, pero en realidad se está ‘‘aseñorando''», valora la personal-shopper Anitta.En este viaje hacia los básicos y la sobriedad parece embarcarse la nueva ministra de Sanidad y Asuntos Sociales,Trinidad Jiménez. La política de la «chupa» de cuero ha aparcado el «look casual» que en su propio partido tacharon de «demasiado sexy» para sus dos apariciones ministeriales. Tanto en La Moncloa como en El Pardo optó por trajes pantalón en gris y azul marino de arruga fácil y algo estrechos. El único toque de modernidad: la pata de elefante, tendencia esta temporada, y la plataforma de algo más de cuatro centímetros. Nada que ver con la frescura de sus mítines, del vestido negro de Marta Rota –diseñadora de Isabel Preysler– que llevó a la fiesta de «Marie Claire» hace dos años o el modelo de su amiga Elena Benarroch que lució en la boda de los Príncipes de Asturias.Tampoco acaba de encontrar su «look» Carme Chacón. Tras su mudanza a Madrid, cayó en el error de Aído al buscar la credibilidad en diseños «grises». Ahora parece recomponerse. No en vano ha sido la primera ministra en lucir moda premamá y la única en enfundarse una chaqueta militar para acudir a visitar las misiones en el extranjero. Su penúltimo desafío: el traje negro –que no esmoquin– de Purificación García que paseó en la Pascua Militar traspasando la delgada línea del protocolo institucional. Su seguridad personal se lo permite.