Premios Goya

Películ@s

La Razón
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El cine está descinematografiado ¿Quién lo cinematografiará? El descinematografiador que lo cinematografíe, buen cinematografiador será. En el trabalenguas en que está sumida la industria peliculera, seguimos asistiendo al melodrama lacrimógeno con el que los profesionales más orondos del negocio no dudan en escenificar un remedo de «Los olvidados» y plantarse ante el ministro de Cultura recitando: «es muy triste pedir, pero es más triste rodar». Mientras todos se preguntan dónde está la Ley del Cine, que a estas alturas parece que está en paradero más desconocido que el carro de Manolo Escobar. Sólo falta que les digan que el dinero de las subvenciones estaba depositado en la Caja de Castilla la Mancha y que por ahora lo mejor es empeñar los Goyas, a ver lo que les dan en el Monte de Piedad.Sin mucha novedad en el frente, se sigue echando culpa de la crisis a la piratería, sin saber a ciencia cierta si el cine español interesa a los piratas. Incluso Alberto San Juan se permitió un pequeño mitin en la entrega de los premios Max acusando a Zapatero y a las duras leyes contra los inmigrantes que les obligan a dedicarse al top-manta. ¡Ay! ¡Qué agonía en el recuerdo de los viejos tiempos, de santa Pilar Miró que estás en los cielos, donde los presupuestos se podían hinchar como el buche de la gallina de los huevos de oro! Pero, mientras los felinos maúllan, los ratones hacen la fiesta. Con visión de futuro. Basta con echar un vistazo al festival Notodocine para ver la producción en alza de la generación Google, donde triunfa el avispado director de «Cronocrímenes», Nacho Vigalondo. Ahí está el porvenir y no en los lamentos. Bienvenidos al mañana. El cine ha muerto, ¡viva el cine!