Bilbao

Pérez Burrull congelado

Pérez Burrull congelado
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Madrid- Los colegiados le llaman la «nevera». Cuando se los castiga se les dice que necesitan refrescar las ideas, recapacitar. Y ellos ya entienden que van a estar un tiempo sin arbitrar y que recapacitar y refrescar son sinónimos de penitencia. Ahora es el cántabro Pérez Burrull quien va a tener tiempo de refrescarse en el frigorífico. Había sido designado para arbitrar el duelo de Copa de mañana entre el Espanyol y el Barcelona, pero ayer el Comité Técnico de Árbitros decidió que era mejor darle descanso y dejar el encuentro en manos de Muñiz Fernández. Sin explicaciones, asegurando sólo que es una decisión que ha tomado el Comité y que con eso vale. Tampoco Pérez Burrull necesita razones. Él sabe que ha entrado en el congelador y ya se verá cuándo sale. Los dos penaltis no pitados a Juanfran y su expulsión han motivado el castigo de Pérez Burrull. Pamplona está indignada, el Real Madrid reconoció que había sido beneficiado por el colegiado y en el Comité Técnico Arbitral temen que otro error grave de Pérez Burrull en el derbi catalán de Copa produzca más alarma social. El Comité es inflexible. Álvarez Izquierdo no arbitró durante un mes esta temporada después de un polémico Real Madrid-Athletic de Bilbao. Cuando se equivoca un árbitro desaparece enseguida de la escena. Pérez Burrull lo está viviendo. De repente se ha quedado sin partido de Copa del Rey y sin el correspondiente dinero que tenía que cobrar. A los árbitros los designan tres personas (Sánchez Arminio, por parte del Comité de Árbitros; López Nieto, por parte de la Liga, y Puentes Leira, que es consensuado por ambas partes) de acuerdo con su nivel y con la categoría del encuentro. Hace muchos años se intentó que fuese una máquina y el azar quien eligiese a los jueces, pero el método fracasó y se olvidó. Ahora, normalmente se arbitra un partido y se descansa otro. Nunca se suelen descansar más de dos fines de semana seguidos. Si sucede, es que se ha cerrado la puerta de la nevera. Con el árbitro dentro, para que se refresque.