Londres
Piratas somalíes retienen 20 barcos con 300 tripulantes y baten su récord
Los piratas somalíes retienen, tras la captura en los últimos dos días de un carguero griego y dos pesqueros egipcios, veinte barcos de varias nacionalidades con más de 300 tripulantes, cifra récord en los tres últimos años, pese a la creciente presión internacional sobre ellos. Distintas fuentes informaron en las últimas horas de que otros tres barcos han sido abordados y capturados por piratas somalíes en el golfo de Adén, dos pesqueros egipcios, con un total de 25 tripulantes, y un carguero griego, con 22 personas a bordo. El Ministerio de Exteriores egipcio confirmó hoy que las dos naves de su país habían sido asaltadas por piratas frente a las costas del norte de Somalia, aunque no precisó la fecha en la que se produjeron los abordajes, e indicó que habían iniciado las gestiones para obtener su liberación. Por su parte, Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia Marítima (PAM), con sede en el puerto keniano de Mombasa, confirmó hoy a Efe que el carguero griego fue abordado en el golfo de Adén, sin poder precisar la ruta que seguía la embarcación. El 31 de marzo pasado, según la Agencia Marítima Internacional (IMB), con sede en Kuala Lumpur, los piratas tenían bajo su control nueve barcos y 153 tripulantes, mientras que hoy, dos semanas más tarde, los barcos en su poder son veinte y los tripulantes alrededor de 340, de ellos un centenar filipinos. En 2008, algo más de ochenta barcos fueron víctimas de los piratas somalís en la zona del Cuerno de África, mientras en 2007 lo fueron 31 y, en este periodo, llegaron a tener, como máximo, 17 embarcaciones secuestradas al mismo tiempo. Este ritmo vertiginoso se ha incrementado a pesar de la creciente presencia de fuerzas navales internacionales en la zona y de las recientes acciones militares de las armadas de EEUU y Francia, que en las que han muerto cinco piratas. Tres de las muertes se produjeron en la operación realizada el pasado domingo por la Armada de EEUU para rescatar al capitán estadounidense Richard Phillips, que fue liberado ileso tras cinco días secuestrado en un bote salvavidas por cuatro piratas. Los otros dos piratas murieron el viernes pasado, cuando la Armada francesa liberó a un yate galo frente a la costa de Somalia, una operación en la que también resultó muerto el propietario de la embarcación. En junio de 2008, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución que autorizaba a navíos de guerra extranjeros a perseguir las embarcaciones piratas, siempre que obtuvieran el consentimiento del gobierno somalí, y el pasado diciembre la Unión Europea comenzó la misión "Atalanta", en la que participan armadas de nueve países. Sin embargo, estas medidas no han conseguido reducir las actividades de los piratas, que demuestran en cada asalto su poderío y su capacidad de ataque y aumentan, con cada rescate recibido, el presupuesto disponible para nuevos y más ambiciosos secuestros. Distintas voces, entre ellas la del propio Mwangura y la organización no gubernamental Ecoterra, alertaron de que el uso de la fuerza no haría sino aumentar el número de secuestros y radicalizar los métodos e los piratas, sin solucionar el problema. El Gobierno de Somalia y el de la región de Puntlandia, en el norte del país, donde se refugian los piratas, han reclamado el uso de la fuerza contra ellos, lo mismo que las autoridades de la vecina Kenia, pero han puntualizado que es una solución a corto plazo y que hay que atender las raíces del problema: el caos político y la miseria. Mwangura, de acuerdo con otros expertos, ha precisado que las causas subyacentes de la piratería son la inestabilidad política de Somalia, que carece de gobierno efectivo desde 1991, lo que favorece prácticas irregulares, como la pesca ilegal y el vertido de tóxicos en sus aguas, actividades también ligadas a negocios de los piratas. Desde hace meses, Mwangura ha denunciado que la boyante actividad de estos modernos piratas, que actúan con teléfono satélite y GPS y se embolsan enormes rescates, no existiría sin la infraestructura de que les proveen los "poderosos hombres de negocios que están detrás de los abordajes". "Los verdaderos piratas están en Nairobi, Dubai o en Londres", dijo el pasado diciembre, en referencia a empresarios que hacen negocios con ellos y que les suministran equipos de navegación y comunicaciones y armas.
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