Medidas económicas

Rajoy: «El estado de la Nación es recesión déficit deuda y mucho paro»

Rajoy: «El estado de la Nación es recesión déficit deuda y mucho paro»
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Mariano Rajoy recuperó la figura y mordió en la yugular de José Luis Rodríguez Zapatero en la segunda réplica, sobre todo, y también en la tercera, del «cara a cara». Fue ahí, en terreno más improvisado, cuando resultó eficaz, pero su primera intervención no fue la más lucida que se recuerda en esta Legislatura.

 

Esa sensación la tuvieron también en las filas populares, aunque el olor electoral une mucho y ayer la bancada del PP aplaudió a rabiar a su líder para poner sordina a los flancos débiles de su primer discurso. Los populares reconocían anoche que el problema fue que, aunque se actualizó, se acoplaba mal con la intervención de la mañana del presidente del Gobierno. Rodríguez Zapatero consiguió sorprender al PP, que acudía preparado para enfrentarse –tal y como habían aventado los voceros de La Moncloa– a un debate ideológico en el que primara la confrontación entre izquierda y derecha. «Se nos ha tendido una trampa y Zapatero ha intentado apropiarse de algunas de nuestras banderas antes de buscar el cuerpo a cuerpo más sucio», según uno de los asesores de Rajoy. El presidente del PP abrió el debate con una enmienda a la totalidad contra la política económica del PSOE, con las dramáticas cifras de la crisis, sobre todo en materia de paro, y los errores de diagnóstico como argumento principal. Miró mucho más al pasado que al futuro, e incidió más en la crítica que en desarrollar la alternativa. «Recesión, déficit, deuda y un paro galopante. Éste es el estado de la Nación. Sin maquillajes y sin aspavientos», le espetó a Zapatero. En su dura disección de la gestión socialista no dejó margen para una sola concesión, ni siquiera en relación a algunas de las nuevas propuestas de Zapatero con reminiscencias de las que defiende el PP. Lo que demandó fue una rectificación de 180 grados y un plan completo y coherente, en lugar de «más medidas aisladas».

 

Su receta es la ya conocida: reconocer la realidad, corregir su análisis, ser sincero en las previsiones, controlar el gasto, gastar mejor y hacer reformas. Rajoy enunció la necesidad de una reforma laboral, del modelo fiscal, del sistema educativo y del sistema de pensiones. Así como de la administración de Justicia y del sector energético, amén de para fortalecer la unidad de mercado. «Considere nuestras propuestas porque continuar como hasta ahora sólo nos conduce a un desordenado descalabro», proclamó. No faltó el dedo acusador por las «mentiras» del pasado y por liderar un proceso de multiplicación del paro del 11 al 20 por ciento.

 

En esa primera intervención, en la que no acabó de sentirse cómodo, Rajoy perdió los nervios con la bancada socialista por los ruidos que de ella salían. «Dejen de reírse de ustedes mismos»; «yo sé que de esto no saben una palabra, pero escuchen»; «¡pero si no saben leer, cómo se van a enterar de ellas [sus propuestas]!»... Un tono poco acostumbrado en el líder del PP.

Las reformas

Laboral: Que cree empleo estable, dé seguridad y evite que se despida masivamente a los trabajadores temporales.Educativa: Para mejorar la productividad y contribuir al cambio del modelo económico y a la creación de empleo competitivo.Sistema de pensiones: Para evitar la pérdida de afiliados, pues disminuyen los ingresos, aumentan los gastos y peligra el superávit.Otras: Necesidad urgente de reformas fiscales «de verdad», en el sector energético y en la Justicia.