Rato achaca la inacción del Ejecutivo a razones electorales

santander- Rodrigo Rato puso ayer en solfa buena parte de las medidas adoptadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para salir de la crisis. Las que ha tomado, y las que no ha tomado, porque el que fuera ministro de Economía con José María Aznar aseguró que, en tiempos de tanta incertidumbre como los actuales, no se pueden dejar de tomar decisiones sólo por el hecho de que, al ser impopulares, puedan tener un coste electoral. Entre otras cosas, porque «las medidas poco creíbles y demasiado simples no tranquilizan a la gente. No estoy seguro de que la popularidad esté ligada a no enfrentarse a los problemas», aseguró durante su intervención en el VIII Encuentro Santander-América Latina que organiza el Banco Santander.Una de estas medidas impopulares, pero necesarias, es, a juicio del ex director gerente del FMI, la reforma del mercado laboral. El desempleo requiere para Rato medidas urgentes, porque «ajustar la economía por la vía del empleo no es la mejor opción», aunque tampoco le sorprende que se transite por este camino, pues «ya se hizo en los años 80», aseguró en referencia al proceso de reconversión industrial vivido en la citada década con el Gobierno de Felipe González. «Es una decisión con la que se tiene que ser consecuente. Y, si se opta por ella, hay que explicársela a los ciudadanos», dijo.El único aspecto de la gestión del Gobierno que Rato aprobó fue el incremento del déficit público, que el propio Ejecutivo considera ya agotado y que el ex ministro de Economía consideró necesario. Otra cosa es que esté de acuerdo en el uso que se ha dado al dinero de los contribuyentes. España, advirtió, ya tardó en crisis anteriores quince años en enjugar los veinte puntos del PIB en que creció la deuda.

Santander en IberoaméricaSi hay una entidad clave en el sistema financiero de América Latina, ésa es el Banco Santander. Así lo cree su director general para esta zona, Francisco Luzón, que ayer aseguró que el banco es «la espina dorsal» de la banca iberoamericana: 40 millones de clientes, 5.800 oficinas, 89.000 empleados, un 11,2% de cuota de mercado y un valor para la zona que Luzón estimó en «no menos de 65.000 millones de dólares», frente a los 45.000 que le otorgan los analistas. Luzón cree que aún hay potencial de subida.