Energía
Rayos de sol para «fabricar» cerveza
La empresa Damm ha instalado placas fotovoltaicas en los tejados, de tres de sus edificios en El Prat de Llobregat, lo que le permite ahorrar hasta un cinco por ciento de energía.
Aprender a sacar partido de lo que está más a mano es una posibilidad que puede abrir nuevos horizontes para una empresa. De hecho, cada vez más compañías siguen esta línea. Y la cervecera Damm pertenece a este grupo. La empresa ha aprovechado las cubiertas de tres edificios de sus instalaciones en El Prat de Llobregat para colocar placas fotovoltaicas, y ha abierto un camino nuevo en la compañía. No es que vaya a cambiar de ámbito de producción, sino que han encontrado en las energías renovables la oportunidad de reducir su emisión de sustancias contaminantes, así como su factura energética. Las cubiertas de tres edificaciones, dos plantas de envasado y un centro logístico, son la base sobre la que se asientan 9.808 placas fotovoltaicas, ocupando una superficie total de 12.750 metros cuadrados, que generan 2.200.000 kW/h anuales. «Este proyecto arrancó en septiembre de 2007-declara Josep María Turc, director de Ingeniería de Damm- como una posibilidad de incorporar al esquema empresarial unas opciones que hace unos años ni se nos hubieran ocurrido. Es una oportunidad para ponernos al día. Teníamos la suerte de tener unos tejados extensos y limpios, que nos han permitido afrontar esta apuesta». Datos económicos Un reto que ha supuesto una inversión de nueve millones y medio de euros, pero, a cambio, les va a reportar la posibilidad de reducir su factura energética. «El consumo de la compañía en general, y de esas instalaciones en particular, es más alto que la producción que volcamos a la red -la empresa gasta unos 42.628.000 kW/h anuales- pero, según nuestros cálculos, la inversión se amortizará en sólo diez años -se evita el gasto sólo de un cinco por ciento. En todo caso, esta instalación ahorrará la emisión de 1.870 toneladas de CO2 anuales al país», subraya Turc. Convertir los tejados en plantas fotovoltaicas ha sido en sí mismo un reto para los ingenieros implicados. «Una cubierta -prosigue- no es como el suelo donde se asientan los huertas solares. Aquí, en uno de los edificios ha habido que hacer una superestructura para soportar las placas, que no descansan sobre la superficie misma de la cubierta, para no tener que agujerearla, sino en los pilares. En otros puntos sí van apoyadas en el suelo, pero se han diseñado unos sistemas para sujetarlas desde arriba y que no vuelen». Turc lo ha visto como «un proyecto complicado, pero muy interesante para un ingeniero». Para ello necesitó que los técnicos de las compañías implicadas, la empresa de las placas, la constructora de uno de los edificios -que es nuevo-, la distribuidora de la energía generada y ellos, en total, unas doce personas, trabajaran muy en equipo para poder cumplir los plazos. «Se trataba de conectar las placas a la red antes del 1 de septiembre para poder acogernos a las condiciones establecidas hasta septiembre de 2008 para la generación de energías renovables», explica. Nuevos departamentos En una cervecera, el ámbito energético puede dar mucho de sí. Tanto que en Damm se han tomado decisiones estratégicas como la creación de un nuevo Departamento de Optimización Energética, «cuyo trabajo permitirá a todo el grupo reducir los niveles de sus consumos, explorar nuevas posibilidades y llevar a cabo nuevos proyectos. Entre ellos se encuentra en fase de estudio instalar placas fotovoltaicas en otras plantas y recuperar el biogás de las depuradoras de aguas», asegura Turc.
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