Renée Zellweger: «Los hombres temen a las mujeres que triunfan»

Posee un gran sentido del humor, del que hace gala casi en cada una de sus respuestas. No esquiva ninguna pregunta y, además de hablar de su nueva película, «Una ejecutiva en apuros», lo hace de su vida y de los sueños que aún le quedan por cumplir. La actriz, además, estrenará en breve su primera incursión en el género de terror, «Expediente 39» (que se estrena en España el 21 de agosto). Sin compromiso sentimental a la vista y disfrutando de su independencia, la actriz es una de las más populares de Hollywood, aunque como la estirada ejecutiva Lucy Hill se encuentra con más de una china en el camino. Interpreta a una mujer ambiciosa que tiene toda su vida establecida en Miami y que ofrece su experiencia para reestructurar una fábrica con problemas en una inhóspita ciudad norteamericana de Minnesota. Dirigida por Jonas Elmer, la cinta reúne a Zellweger y al actor y cantante Harry Connick Jr.-¿Alguna vez ha tenido la sensación de sentirse nueva en una ciudad?-Me ocurre cada cuatro meses, cada vez que ruedo una película soy nueva allá donde voy. Me gusta explorar los lugares a los que llego, ya sea por trabajo o por placer, descubrir las tiendas locales, la comunidad, su estilo de vida, su gastronomía. Encuentras cosas que te ayudan a sobrevivir el tiempo que pasas en una metrópoli a la que llegas por primera vez. La vida de los actores resulta bastante extraña cuando se ve desde fuera porque somos como los nómadas del circo, siempre de viaje, de un lugar para otro. Vivimos en los aviones, y los hoteles se convierten en nuestros domicilios.-En el filme trabaja con Harry Connick Jr. ¿Hubo buen entendimiento entre ambos? Ya sabe que a veces no resulta tan sencillo que salte la chispa...-La comedia y el drama son géneros que, en el fondo, guardan grandes paralelismos; todo está en el guión, la actitud, el estilo, los diálogos; honestamente, es lo que en realidad me preocupa. En una cinta de humor lo importante es que el diálogo tenga una base real, que el público crea en los personajes que ve, que sienta que sus conversaciones fluyen de manera natural, que se identifique con ellas. Harry y yo lo pasamos muy bien porque poseemos el mismo sentido del humor, lo cual resulta casi milagroso. -¿De qué disfruta más en la vida? -La lista es larga: de mis amigos, me entusiasma el surf..., y me fascina mi trabajo, soy una mujer saludable con una gran familia, me atrae conocer gente nueva. Y, sobre todo, adoro a mis sobrinos, que son maravillosos.-¿Cree que los hombres tienen miedo de las mujeres atractivas que conquistan el éxito como le sucede a su personaje? -Tal vez sí. En la sociedad actual, aunque parezca mentira, el papel del hombre sigue siendo preeminente, es decir, que sigue teniendo el mando y ostentando el poder, y cuando se encuentran con una triunfadora se sienten inseguros. -¿Qué alimenta la independencia de Zellweger? -Un buen día de rodaje. No me crea adicción, sino que significa poder valerme por mí misma y aprender. Me gusta estar ocupada, tengo una mente curiosa y quiero experimentar la sensación de que merece la pena lo que hago. Me apasionan los retos: si presiento que algo me falta, pongo manos a la obra para encontrar aquello con lo que llenarlo porque detesto el aburrimiento-¿Le resultaría complicado combinar en el futuro su carrera con una familia? -No me da miedo. Le diré una cosa: ya lo pensaré cuando llegue ese día. Ahora me interesa desarrollar bien mi profesión, ser la mejor amiga, hija, hermana y tía. Ya veremos lo que sucede mañana, dentro de un par de meses o el año que viene. Lo que no voy a hacer es inventarme problemas que no tengo.-¿Cómo disfruta de su tiempo libre? -Me apasiona pasear en bicicleta, correr, leer, tocar el piano y la guitarra y componer malas canciones. Escribo cuentos y poemas, pero, tranquilos, que son para mí, no pienso que vean nunca la luz. -Es una gran defensora del medio ambiente. -Crecí en una casa donde vivimos el interés por la naturaleza, mi padre era un hombre con conciencia ecológica, apagábamos las luces, tomábamos duchas de cinco minutos y no conectábamos el calentador a menos de que fuera absolutamente necesario. Eso me ha marcado y forma parte de mi educación: no utilizo el lavaplatos hasta que no está lleno, conduzco un coche híbrido, reciclo, y todo en mi casa es de cristal. El plástico lo he desterrado. -Una vez dijo que fue en Los Ángeles donde aprendió qué clase de persona no quería ser. ¿Sigue pensando lo mismo?-Así es. En una ciudad como ésa estás expuesta a la industria y su bombardeo. Todo está al alcance de tu mano y a tu entera disposición, sólo depende de cuáles sean tus motivaciones y prioridades. Pero, al mismo tiempo, se convierte en un espejismo, porque vives un sueño que se puede acabar volviendo contra ti. Me crié en una ciudad pequeña con unos padres nacidos en Europa que vivieron la guerra. Tengo claro quién soy y por qué estoy en Hollywood. Sé perfectamente lo que no me puede perjudicar. Quizá por eso elegí vivir en Nueva York.-¿Le gustaría dirigir o producir cine?-Ya he realizado labores de producción y es bastante interesante, me gusta pensar cómo van a ser los personajes de la historia e ir uniendo las piezas hasta formar un todo como si de un rompecabezas se tratara. Sin embargo, nunca he sentido la necesidad de dirigir.-¿Con qué personajes se siente más cómoda?-Me siento mejor dentro de un corsé que en la piel de una ejecutiva con tacones de diez centímetros. No me resulta cómodo interpretar a una mujer que se parece a mí.