Literatura
Ropa hablada (V)
Es bien conocida en el Savoy la aversión que le produce a Tonino Fiore la exhibición de riqueza de algunos mafiosos y me consta que les exige a sus hombres un comportamiento discreto, sin afectación y sin lujos, procurando demostrar en todo momento que el dinero constituye en su caso una circunstancia imponderable que han de afrontar como si su liquidez no fuese sino una odiosa adversidad, un contratiempo emocional del que un hombre inteligente probablemente sólo se puede reponer si su ambición recupera los hábitos de su pobreza. Aunque no les exige grandes privaciones, lo cierto es que sus amonestaciones están a la orden del día y jamás pierde ocasión de recordarle a los muchachos que a medida que el dinero es difícil de contar, se convierte también en algo difícil de explicar. Recuerdo el sinsabor que le produjo a Fiore el delirante cortejo fúnebre que acompañó hasta el cementerio los restos mortales del capo John Gotti. «Era un majadero, un tipo barroco, excesivo, un maldito vanidoso que siempre confundió el valor con el precio. Esa excéntrica exhibición funeraria... Tantas cochinas flores... Esa obsesión por la ropa cara, las mujeres nuevas, la sangre neófita, los dientes siempre dispuestos a estrenar el hambre.... ¡Como le habrá jodido al cabrón de Gotti que lo enterrasen en un cadáver de su edad! ¿Sabes, Al?, a ese mamarracho incluso le jodía que el peluquero lo despeinase para cortarle el pelo. No tuve mucho trato con él pero fue suficiente para saber que a su conciencia no le repugnaba en absoluto la idea de que hay ocasiones en las que la conclusión natural de un abrazo sólo puede ser un disparo a quemarropa... ¿Recuerdas al bueno de Leo Vitale? Creo que fue Vitale quien me dijo que a Gotti su obsesión por estrenar ropa le venía de que era incapaz de soportar el torrefacto de su propio olor»... Pocas veces vi a Fiore tan indignado como aquella noche. «En una ocasión me dijo que odiaba su sobrepeso pero no quería privarse del placer de la comida. El muy idiota creía que engordaría menos si comiese cosas más delgadas... ¿Crees que John Gotti era un tipo elegante? ¡Por el amor de Dios!, a los hombres verdaderamente elegantes les adelgaza la gula»...
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