Crítica de cine
Salinger ya tiene sucesor
Comparan su novela con «Trainspotting», y a Milward no le importa porque, confiesa, «es un libro que me enganchó»
LONDRES- La cita es en un pub de Soho. Me recibe con una pinta en la mano y un marcado acento del norte de Inglaterra, me invita a sentarme. «¿Eres tú el Salinger de nuestro tiempo?». Sonríe y pide otra cerveza. «Eso dicen algunos, pero si te dejas influir demasiado por los críticos acabas convirtiéndote en un escritor terrible». Con sólo 23 años ha fascinado al Reino Unido con «Apples», una historia dura y explícita, no apta para menores, que revela la vida de dos adolescentes marcados por el mundo de las drogas. El libro ha sido publicado en España por la editorial Berenice. Pero no es su primera novela.
-¿Cuándo empezó a escribir?
-Empecé a los 12 años. Antes de «Apples» escribí seis libros. Mandaba las copias a los editores y obviamente no me publicaban nada, pero me animaban sus cartas. Decían que estaba haciendo un buen trabajo.
-La historia de «Apples» está contada por los dos personajes principales, Adam y Eva. ¿Son personas reales?
-Son una mezcla de personalidades, aunque Adam tiene bastante de mí.
-¿Es un chico solitario con transtorno obsesivo compulsivo que necesita beber para hablar con una chica el fin de semana?
-(Risas) No tanto como eso. Pero sí me gusta bastante pasar algunos ratos largos en mi mundo. Con respecto a las chicas, todo el mundo sabe que a esa edad ellas son más maduras y nosotros, más tontos.
-El libro está ambientado en Middlesbrough y por la fama que tiene en Londres parece el Bronx del Reino Unido, ¿es para tanto?
-No. Yo vivo en Guisborough pero conozco bastante bien la zona porque tengo muchos amigos. Es cierto que hay crimen y droga, aunque la gente tiene un gran sentido del humor y cuidan el uno del otro. Hay sensación de unidad y eso es precisamente lo que falta en otras ciudades.
-Han comparado su novela con «Trainspotting»…
-Realmente me enganchó. Tiene algo, más el libro que la película, que te engancha. Es una locura de historia y por eso me halaga la comparación. Fue un libro que me marcó. Parece que la gente se asusta cuando se habla o se escribe de cosas realmente desagradables.
-Y a usted le han comparado con Salinger…
-Realmente, mi autor preferido es otro americano, Richard Brantigan. Se suicidó y su cuerpo fue encontrado un día antes de que yo naciera.
-¿Ha tenido que tomar drogas para poder escribir lo que sentían los personajes?
-Necesito estar totalmente sobrio para escribir. Cuando estás bajo las influencias de las drogas resulta terrible. Supongo que como soy muy crítico como escritor, necesito estar con la mente clara.
-¿Cree que puede ganarse la vida escribiendo?
-Sí, eso espero. Sé que está difícil, pero no necesito muchas cosas materiales para ser feliz. Un pisito y poco más.
-¿Sabe cuánto cuesta un pequeño apartamento en Londres?
–(Risas) En cuanto termine la universidad me voy corriendo de nuevo a Guisborough.
-¿Ya ha dejado a un lado la pintura?
-No. Creo que las dos artes pueden ir de la mano.
-En 2009 publica su segunda novela ¿Este va a ser su ritmo, dos por cada año?
-Sí. Soy constante y si no escribo una hora y media al día no me siento a gusto. Escribir es mi droga. Las ideas surgen en mi cabeza sin parar y necesito volcarlas. De momento, no he tenido el problema de enfrentarme al folio en blanco.
-El título es «Ten Storey Store» y trata sobre… ¿preservativos?
-Es bastante experimental, un libro sobre el sexo, la muerte, y está ambientado en un bloque de diez pisos del norte de Inglaterra. Es bastante surrealista y sí, habla de condones.
-¿Cómo le trata la gente ahora que es «famoso»?
-Mi familia y mis amigos están orgullosos y sólo los que son muy estúpidos han empezado a tratarme de otra manera .
✕
Accede a tu cuenta para comentar