San Miguel reabre «gourmet»

La de ayer no fue la típica inauguración que acostumbran los políticos. Noventa y tres años después de la primera vez que abrió sus puertas, San Miguel volvió a reunir ayer el bullicio, los olores y los colores de los tradicionales mercados madrileños. Unas horas antes de entregarse al veredicto de los «gatos» del barrio, San Miguel fue inaugurado como los grandes. El acto contó con la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre; el Delegado de Economía del Ayuntamiento de Madrid, Miguel Angel Villanueva; y el periodista Guillermo Fesser como maestro de ceremonias, pero además, estuvo aderezado con las lágrimas de los arquitectos -Víctor Alarcón y Montserrat Valle-, con el champagne oficial de la candidatura Madrid 2016, con chotis como el de «Madrid, Madrid, Madrid...» en forma de ópera con el que se arrancaron todos y con gran cantidad de invitados de rostro conocido como los restauradores Sergi Arola, Andrés Madrigal y Abraham García. Una mezcla de lo tradicional con lo cosmopolita que se encuentra en cada esquina del mercado. Y es que San Miguel se ha reformado guardando todos los detalles de los mercados de toda la vida, con materiales modernos como el cristal mezclados con el clásico hierro forjado de los techos, con los alimentos de toda la vida pero ahora con calidad «delicatessen» y el típico horario diurno, que se ampliará hasta la noche. En 1.500 metros cuadrados y 34 puestos -que darán trabajo a más de 200 personas-, se podrán tomar las típicas raciones de gambas o de calamares, probar algunos de los productos más exclusivos como percebes y ostras de Galicia o el jamón de Guijuelo, y comer los platos más tradicionales de la mano del restaurante Lhardy. El mercado dispondrá además de una degustación de productos, servicio de catering, áreas de análisis sensoriales y catas gastronómicas o escuela de formación, entre otros servicios.