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Sarkozy no apoyará pactos en el G-20 si no se endurece la regulación financiera internacional

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, amenazó ayer con no apoyar los acuerdos que se alcancen en la cumbre del G-20 en Londres si no se satisfacen las peticiones de su país de establecer una regulación financiera más rigurosa. Así, dejó claro que Francia no aceptará que los países que conforman el G-20 celebren "un éxito falso con un lenguaje que suene bien pero que no contenga ningún compromiso". Sobre si contempla la posibilidad de abandonar la reunión, Xavier Musca, subdirector del gabinete de Sarkozy para asuntos económicos, explicó que "una regla básica de la disuasión nuclear es que no se dice cuándo vas a usar el arma". Esta amenaza, vertida por Francia en la antesala de la esperada reunión, aumenta la tensión en torno a ella, unas horas antes de la llegada del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Londres. Además, si finalmente Sarkozy la cumple, podría imposibilitar la firma de acuerdos, algo que ambicionan Obama y el primer ministro británico, Gordon Brown, que lo consideran vital para la recuperación económica internacional, según informa el diario 'The Wall Street Journal'. Sarkozy, que culpa a "los anglosajones"de causar la crisis económica, avanzó la semana pasada a sus ministros que abandonaría la cita acogida por Brown "si no funciona". Uno de los temas centrales de las negociaciones será el diseño de un acuerdo para reforzar la regulación, aunque Francia quiere que se instaure un organismo regulador financiero global, una idea a la que se oponen frontalmente Estados Unidos y Reino Unido. No en vano, Brown describió esta posibilidad como ridícula. Además, es conocido que Alemania y otros países no quieren que exista tal organismo, por lo que muchos expertos afirman que Sarkozy debería hacerse a la idea de que su propuesta no prosperará. En lugar de crear un organismo internacional, lo que tienen previsto hacer los componentes del G-20 es que sus reguladores nacionales cooperen más. Está previsto que los llamados colegios de supervisores se establezcan como controladores de las actividades de las compañías que operan en los diferentes países. Ante esta tesitura, las autoridades británicas opinan que la actitud de Sarkozy es la de buscar una pelea tras la que pueda presentarse victorioso en Francia. Lo cierto es que la amenaza del presidente francés resalta las crecientes divisiones existentes entre los líderes mundiales. Alemania y Francia han encabezado la oposición a los planes para coordinar el gasto público, que pretende fomentar la Administración Obama.