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«Se me nota de inmediato que soy del Athletic»

La Razón
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-Dice que le gustaría hablar con Dios de fútbol, ¿qué le diría?
-Muy pocas cosas, más bien le escucharía? Pero le diría por qué Él es Dios y yo soy yo.
-Eso no tiene nada que ver con el fútbol.
-El fútbol es una metáfora para mí, pero que es, en último término, coordinar cosas difíciles; por ejemplo, la cabeza y los pies.
-¿Dios o está en todas partes, incluidos los campos de fútbol, o no está en ninguna?
-Dios no deja de ser una gran metáfora y, de estar en algún sitio, sería en la parte más recóndita de cada uno.
-¿Qué tiene el fútbol para conseguir que tantos saquen lo peor de ellos?
-La gente hace en el fútbol lo que no puede hacer en otros sitios, dicho de otra manera, es una salida de la violencia? Es una pena, pero es una de las funciones que tiene el fútbol.
-¿A usted le gusta?
-Me gusta verlo, me gusta jugarlo y además es el símbolo para mí de muchas cosas, sobre todo de una niñez bastante feliz
-¿De qué equipo es?
-Eso se me nota de inmediato: del Athletic de Bilbao. Y encima sufro.
-Jugaba de pequeño y, ¿juega de mayor?
-Jugaba mucho. No digo que fuera un genio, pero no era malo? Y de mayor, cuando puedo, juego en la playa o cuando me encuentro con algún niño y tiene una pelota se me escapan los pies. Es como los autos de choque, no puedo dominarme.
-¿Hacía algún otro deporte?
-Muchos. En atletismo no era malo; en baloncesto, regular, y me gustaba mucho. He tenido una vida muy austera. He combinado constantemente libros y deporte, deportes y libros.
-¿Y ahora, o los filósofos reconocidos no hacen deporte?
-Sí, por supuesto. Una de las cosas que me gustan es bañarme, desnudarme en una playa desierta y saltar, correr todo lo que puedo; lo que ocurre es que naturalmente las fuerzas no son las de antes y la moderación se impone. Ahora, el deporte que más hago es sentarme, estudiar, estudiar y leer y leer?Y luego andar mucho, todo lo que puedo.
-¿Existe ética en el mundo del deporte?
-En el fútbol, especialmente, existe la idea de equipo, armonía y ayuda mutua y eso me parece que es de lo más nuclear de la ética. Decía Camus que todo lo que había aprendido de ética lo había aprendido del fútbol. Y yo añadiría algo más: en el deporte, en general, hay algo que es esencial en la ética y es el «fair play».
-Pues eso lo deberían aprender los políticos, ¿no?
-Pues sí, yo creo que los políticos tendrían que aprender muchas cosas, entre otras, a saber perder.
-No sé si las religiones están desapareciendo o cambiando... ¿Sabía que hay una religión que adora a Maradona?
-Sí, pero yo a eso no lo llamaría religión. Los humanos tenemos manías, superticiones, fórmulas mágicas, y entre ésas está lo que le ocurre a Maradona. La religión yo la colocaría en otro lugar bien distinto, para bien y para mal.
-Dicen que a los jóvenes de ahora les va más el deporte que la filosofía, ¿es así?
-Bueno, hay un cierto tipo de filosofía que le va a todo el mundo, incluso a los jóvenes, que es el intentar orientarse en este mundo. Y respecto al deporte, creo desgraciadamente que el que se da en ellos sigue siendo muy sedentario y es el deporte de darle a las teclas.

En primera persona

«Nací en Portugalete en 1943, elegí la Filosofía por casualidad y estoy encantado, porque es verdaderamente lo que me gusta. Me siento bastante orgulloso de mi capacidad para disciplinarme y para querer. Me arrepiento de muchísimas cosas. Soy nostálgico, observador y me gusta jugar a ser niño. Nunca he hecho mal a nadie, aunque soy algo vanidoso. Como de todo, herencia de mi madre vasca, me gustaría ser bastante más inteligente y no estoy nada dispuesto a tolerar a los pesados. A una isla desierta me iría conmigo mismo -según Aristóteles, el mejor amigo de uno- y si no, con mi mujer. Y me llevaría un libro? Nunca un retrato, para evitar la nostalgia. Perdono con facilidad, pero me resulta imposible olvidar. Valoro la capacidad de querer a los débiles y el deseo de saber y detesto la imbecilidad y más si es epidémica. Sueño con cuestiones filosóficas que me quedan pendientes o con jugadas de fútbol. De mayor querría ser pequeño y si volviera a nacer tendría siete vidas, en una sería músico; en otra, futbolista? Pero, en todas, estudiaría Filosofía».