Badajoz

Sólo unas gotas de esencia

Sólo unas gotas de esencia
Sólo unas gotas de esencialarazon

Julito Aparicio se acordó de su historial y se sintió en algunos muletazos y recortes con el excelente cuarto toro. Cierto que pudo, y debió, hacer más, pero los artistas son como son... Los demás, demasiada vulgaridad con toros muy propicios para el éxito. Estos toreros jóvenes no le dan importancia a dejarse escapar uno o dos buenos animales. Parece que lo tienen todo hecho... Pues no, Talavante y Luque, como no arreen fuerte lo van a tener crudo. Ayer se dejaron ir tres toros, dos el de Badajoz y uno el sevillano Luque, de puerta grande. Aparicio, a punto de los cuarenta, supo aprovechar a su segundo y, a su forma, les mojó la oreja a los dos. Y ellos, como si nada. No se arrancaron, o esa fue la sensación que dieron, para contrarrestar el medio éxito del torero andaluz. Talavante, serio, ceremonioso, paseante y excesivamente fuera de cacho, no emocionó a nadie en ninguno de sus dos buenas reses. Luque dejó pasar de largo al suave tercero y, aunque se esforzó con el difícil sexto, perdió una gran ocasión de triunfar. Esta feria fallera es piedra de toque de la temporada y cortar orejas aquí tiene mucha importancia. Aparicio, poco pudo hacer a su primero, un desvalido sobrero de la ganadería titular. A su segundo, tras muy buenos muletazos por bajo, le realizó una corta faena con leves aromas artísticos. No ligó series completas. Sí anduvo ante el toro con gracia y, cuando menos se lo esperaba nadie, un fulgor inspirado con tintes «calorros». Talavante se hartó de dar pases, diestros y siniestros al buen segundo deslavados y en línea. Apenas calentó al personal porque sus acciones no emocionaron. Más de lo mismo con el excelente quinto. Superficial y muy por debajo de las cualidades de su oponente, terminó por aburrir a pesar del arrimón. Luque levantó esperanzas con las buenas verónicas de saludo al tercero. Los ánimos se enfriaron en la faena. Pases y más pases, fuera de cacho y sin ajuste. Optó por el socorrido arrimón y le pitaron. Se dieron cuenta de que a toro tan potable había que hacerle otra cosa. Con el incómodo sexto, valeroso. Se le fue la gran ocasión.