España
Soraya Saenz de Santamaría: «Nos encanta que nos pongan una alcachofa delante»
«Uno tiene que ser leal, consecuente y decir lo que piensa». Ese es su programa, para la vida y para la política. Si se le ofrece el dilema ¿Obama o Sarkozy?, prefiere sumar a los dos y añadir a Merkel. El Partido Popular y Partido Socialista estarían encantados de tener a una mujer candidata a la presidencia del Gobierno, le comentamos. Achaca al que pregunta «mucha imaginación». «Pues tienen dos hombres candidatos», para que vea. ¿No me diga que nunca, entrada la madrugada, derrengada por tanta interpelación y proyecto de ley, no ha soñado con vivir en La Moncloa, aunque sea un sueño? «Yo sólo sueño con lo que haré cuando me jubile». Vale.
Ha habido pocos políticos, en nuestra historia reciente, que hayan tenido un recibimiento tan poco caluroso. Es ella misma, Soraya Saenz de Santamaría, quien lo dice. Cuando fue nombrada portavoz del grupo popular en el Congreso auguraron, sobre todo los caballeros sin distinción de bancada, que no resistiría. Joven, menuda, mujer. Bueno, pues resiste. Es fácil, con todos los respetos, llamarla Soraya –incluso, dicen, existe un «sorayismo» político–, pero conviene no confundirse porque su desparpajo encierra una claridad de ideas nada verborreica. Y eso que reconoce que los políticos hablan demasiado, sobre todo si hay una «alcachofa» (micrófono) delante. -¿Sabe que tiene 97.000 entradas en Google?-No, no lo sé. Creo que contra esa vanidad me he curado. -Pues María Teresa Fernández de la Vega, su gran adversaria parlamentaria, tiene 730.000.-Me lleva muchos años en política, es lógico. -El 67 por ciento de los 750 millones de dólares de la campaña de Obana llegó a través de pequeñas donaciones por internet. Y aquí todavía con secretos. -Aquí vamos con un sistema de financiación que es el que marca la ley. A mí, internet me interesa más por su enorme poder de intercomunicación. De hecho, una de las propuestas más votadas, y que los internautas creían que Obama debía incluir en su programa, fue la legalización de las drogas. No creo que la ponga en marcha, ni aunque se la sugirieran en internet.-¿Se baja música?-No. -¿Pero por una cuestión de principio?-No, porque debo ser bastante antigua y me sigue gustando ir al Fnac a comprarla.-¿Recuerda cuando apareció por primera vez en el balcón de la calle Génova?-Sí, claro. Yo me sentía corresponsable de todo aquello y cuando una está en un proyecto debe estar a todas. ¿Fue Napoleón quien dijo que la derrota es huérfana y la victoria tiene muchos padres? -¿Está en política por casualidad?-Yo estoy en política por convencimiento vivido. Mi profesión está muy ligada a lo público, soy Abogado del Estado y vi que desde la política se podía prestar un servicio público de otra manera, quizá de una manera más creativa. Es más fácil gestionar con creatividad desde la política. -Gestionar con creatividad... Parece que los políticos tienen complejo de su profesión. -En política también se puede crear. De hecho la política crea relatos y crea discursos y crea soluciones a los problemas. ¿Por qué no ligar la política a otros conceptos como la originalidad? El lenguaje político está ya muy sobado y la gente desconecta. -¿Lo ve? Habla de «crear relatos».-Es que es la vida misma. La gente se engancha cuando hay un relato.-Cuando conoció a Mariano Rajoy, ¿qué relato vio en él?-Yo llegué a él con los mismos prejuicios hacia la política que cualquiera. Vi en Rajoy una persona honrada, convencida de su proyecto, con una gran capacidad de sacrificio y enormemente sincero. Y vi un proyecto muy de centro, muy moderado, muy eficaz, con los pies en la tierra. -En sus debates con la vicepresidenta del Gobierno, creo que los miércoles...-Sí, los miércoles, a las nueve y cuarto de la mañana..., y ojalá me contestara más al fondo del asunto, al margen de ser divertidos. Esto sí, el debate es el ejercicio político más sincero... -... pues cada miércoles es como si quisiera demostrar a los que auguraban que no resistiría como portavoz parlamentaria que aguanta. -Yo procuro hacer mi trabajo lo mejor posible y no es cuestión de demostrar nada. ¡Y claro que recibí críticas! Creo que hay pocos políticos que hayan tenido un recibimiento menos caluroso. Pero si alguien piensa que por ser joven, bueno, con treinta y muchos años..., y mujer está incapacitado para determinados actos de la vida, entonces en España nos queda todavía mucho trabajo. -¿No tiene la sensación de que está atrapada en una maquinaria política de la que no podrá salir?-No, en absoluto. Estaré en política hasta el momento que no pueda aportar más. El poder por el poder no tiene mucho sentido sino es para utilizarlo por las facultades que me han dado los ciudadanos. -Perdone, pero no entiendo cuando un político dice que no le interesa el poder. -Una cosa es el poder y otra el poder que se te confía para algo. -¿Que votaría bajo conciencia? Es decir, saltándose la disciplina de su partido. -Si te presentas a unas elecciones con un programa, vas con ese programa. Votaría en conciencia algo que no está en el programa y que no hubiera podido discutir y defender en los órganos de mi partido. Es que en el Partido Popular hay matices y, por ejemplo, en el ámbito religioso están los que creen, los que no creen y los que pertenecen a otra confesión.-Pues matice usted.-Me considero una persona que cree que desde la centralidad se puede trabajar mejor por este país, profundamente reformista, que cree que el diálogo es uno de los grades instrumentos de la política y que hay que ser más tolerantes. Sí, soy bastante de centro.-¿Se dimite poco en España?-¿Si en España se dimite poco...? (silencio). Yo creo que hay que asumir responsabilidades políticas, pero la dimisión no es la única fórmula y las dimisiones políticas no deben servir de cortafuego para estudiar otras responsabilidades. Hay que asumir los errores, pero creo que tenemos que ser más compasivos cuando se equivocan los políticos. -¿Habla de ser indulgentes con los errores de los políticos? -Con los errorres declarativos. Los políticos hablamos mucho y nos encanta que nos pongan una alcachofa delante. -Pero habrá errores con los que no se puede ser compasivos. -Hay que conseguir que dedicarse a la política sea un profesión honorable y no juzgar a todo el mundo por igual. Si queremos que se dediquen a la política la gente trabajadora, la que tiene ideas y ha luchado mucho en su profesión, tenemos que dignificarla, si no, esto se va convertir en una cosa de segunda a la que se dedique quien no tiene otra cosa. -Se le ve muy muy sensibilizada.-Es que no pueden pagar justo por pecadores. Hay que expulsar del sistema, por dimisiones u otro tipo de fórmula, a quien abuse de él y el que ha metido la mano en la cesta, se le expulsa; el que utiliza la política para sus negocios privados, fuera; el que ha utilizado fondos públicos para hacerse su casa, fuera; el que abusa de tráfico de influencias, fuera. Es que estamos consiguiendo que la vocación política desaparezca. En otros momentos, ser diputado o senador era un prestigio. Ahora, desde el minuto cero, pierdes el pretigio. Que nos exijan pero prestigiemos la política entre todos. Vaya «speech»...
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