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S&P endurece los criterios para asignar sus calificaciones de riesgo
madrid- Standard and Poor's (S&P), la agencia de calificación crediticia («rating») estadounidense, anunció ayer una importante reforma de su funcionamiento mediante una batería de 27 nuevas acciones. El objetivo de la compañía es evitar eventuales conflictos de interés entre sus clientes y lograr la mejora de los métodos de calificación y la calidad de la información brindada al mercado.
La agencia, perteneciente al grupo McGraw-Hill Companies, dividirá la reforma en cuatro grandes grupos: gobierno, análisis, información y educación del público. La compañía tiene previsto aplicar la batería de acciones a lo largo del presente ejercicio para fortalecer la independencia de sus procesos de calificación en un entorno coyuntural difícil. S&P quiere mantener la confianza de los inversores, minada a consecuencia de la crisis.
La firma planea crear un defensor del pueblo («ombudsman» en inglés) para hacer frente a los posibles conflictos de interés que surjan entre sus clientes, los inversores y el resto de participantes del mercado. Además, S&P contratará a una entidad externa para que revise sus calificaciones crediticias y compruebe que la compañía mantiene su independencia.
Además, la compañía quiere que los participantes en el mercado utilicen de forma efectiva las calificaciones emitidas, y prevé lanzar un programa para ayudar a diferenciar «qué es y qué no es» un «rating» con el objetivo de informar a los inversores. S&P también aumentará la claridad de sus procesos de asignación de calificaciones para adaptarlas al interés público.
La Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) advirtió el miércoles que el nuevo modelo de código de conducta para las agencias de calificación crediticia incluirá la prohibición de simultanear los «ratings» con el asesoramiento en el diseño de productos financieros de las entidades.
Información de calidad
Otra de las conclusiones del organismo establece que las agencias han de utilizar información de calidad suficiente para lograr que los inversores respalden la credibilidad de sus calificaciones. Asimismo, este procedimiento motivará el aumento de la transparencia en el mercado, según la IOSCO.
Las agencias de calificación Fitch y Moody's también han asegurado que adaptarán sus procedimientos a las nuevas recomendaciones sobre procesos de «rating». Este tipo de firmas se han visto envueltas en la polémica tras el estallido de la crisis «subprime» al ser acusadas de no haber previsto ni reaccionado adecuadamente a la situación generada.
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