Río de Janeiro

TRAGEDIA DINÁSTICA

La Razón
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Pedro Luis de Orleans-Braganza es uno de los fallecidos en el Airbus de la compañía Air France que por causas aún desconocidas cayó al Atlántico el pasado lunes. Al dolor que la muerte de más de dos centenares de pasajeros ha provocado en sus familias y allegados y el estupor de la opinión pública ante un suceso de tal magnitud, se une en su caso su condición de miembro destacado de la Familia Imperial que reinó en Brasil durante buena parte del siglo XIX. Descendía directamente de su última Emperatriz, Isabel, que perdió el trono en 1889. Primogénito del matrimonio de Antonio de Orleans-Braganza y la Princesa Cristina de Ligne, había nacido en Río de Janeiro el 12 de enero de 1983.
La noticia de su óbito no es motivo de una necrológica más. Brasil lleva 120 años sin monarca. Aunque un referéndum de 1993 alejó del país la posibilidad de recuperar la monarquía como forma de estado, en la actualidad varias ramas de la familia Orleans afirman poseer mejor derecho a la corona. Con su desaparición se plantea un problema de difícil resolución dinástica en los Orleans-Braganza Wittelsbach, pues estaba destinado, tras dos de sus tíos paternos (solteros) y su propio padre, a ser cabeza de la familia y pretendiente al trono, por lo que los derechos al mismo quedarán previsiblemente extinguidos en lo que a esa rama se refiere.
No es la primera vez que un monarca o príncipe fallece en accidente aéreo. En 1947, el Príncipe Gustavo Adolfo, padre del actual Rey de Suecia, murió como consecuencia de un siniestro en el aeropuerto de Copenhague.