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Trampas

La Razón
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El Tour es antídoto contra la siesta. Son millones quienes se sientan ante el televisor para seguir a «los esforzados de la ruta», o sea, «la serpiente multicolor». El Tour es gran acontecimiento deportivo y posee toda la épica posible para sus grandes héroes. El ciclismo profesional no vive sus mejores momentos y, sin embargo, es deporte en crecimiento. Hace unos días se disputó en Sabiñánigo la Quebrantahuesos que, con 205 kilómetros y la ascensión a los puertos Canfranc, Portalet, Marie Blanche y Hoz del Pueyo, reunió a 8.500 participantes. El ambiente en los puertos no tuvo nada que envidiar al del Tour. Los cicloturistas son gentes de tan buen humor que hasta reclaman el aplauso de la afición. «Si no animáis, me bajo», oí decir a uno. «Ánimo que os habría ganado Pantani porque se dopaba», proclamaba un espectador. Las chanzas ayudaban a superar el sufrimiento de quienes dan muestra de pasión por el deporte.Ahora estaremos pendientes de las trampas que presumiblemente le harán a Alberto Contador los seguros servidores de Armstrong. Probablemente en las carreteras no habrá mejor ambiente que en El Portalet, pongamos por caso. Volveré al Aspin y Tourmalet como todos los años, pero no faltaré a la Quebrantahuesos, en la que es posible encontrarse con el anterior presidente de la Federación, Fulgencio Sánchez, y constatar la ausencia del actual.