Literatura

Barcelona

Tres mitos y demasiadas licencias

La Razón
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No es la primera vez que la gran pantalla se siente fascinada por convertir en película la compleja amistad entre tres genios: Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí. Realizadores como Juan Antonio Bardem, Carlos Saura o Antoni Ribas lo han tratado de reflejar con desigual fortuna. Hoy se estrena un nuevo intento cinematográfico, firmado por el inglés Paul Morrison y titulado «Sin límites». A lo largo de sus 112 minutos se intenta plasmar una amistad nacida en la Residencia de Estudiantes de Madrid, pero que tuvo una dimensión extraordinaria en las respectivas obras de los tres genios. El único problema es que la cinta recurre en ocasiones en algunas tergiversaciones de los hechos y de las personalidades del inmortal trío de camaradas. Uno de los ejes de la película es un personaje femenino, Magdalena, basado en Margarita Manso, una chica liberal, amiga de la pintora Maruja Mallo y compañera de Lorca y Dalí. Ella protagonizó un encuentro sexual con el poeta, realizado a instancias del pintor. La historia fue narrada por el propio Dalí al historiador Ian Gibson en una entrevista. Dalí consideraba todo aquello hermoso y doloroso, pero en la película aparece como una manera por parte de Lorca de poner celoso a Dalí. Según el filme aquello tuvo lugar porque Lorca estaba celoso de la relación del ampurdanés con Gala, pese a que en la realidad aún no se habían conocido. Al Lorca de «Sin límites» no le importa besarse públicamente con un chico de la Barraca, se supone que inspirado en Rafael Rodríguez Rapún, pese a que el poeta era muy cuidadoso con no mostrar públicamente sus sentimientos, como han declarado varios testimonios. También resultan extraños algunos detalles, aparentemente imaginarios, como descubrir a Dalí fumando cigarrillos o a Buñuel consultando el diario personal de Lorca, pese a que no hay constancia de la existencia de ese documento. El productor de la película, Jaume Vilalta, aseguró ayer a este diario que «la película no es un documento histórico, sino una recreación. Reproducimos el espíritu, pero no literalmente».