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Un anticancerígeno eficaz contra el rechazo en los trasplantes

Un grupo de científicos de la Universidad de California (EE UU) descubre una nueva terapia para evitar las complicaciones en los pacientes trasplantados

Un anticancerígeno eficaz contra el rechazo en los trasplantes
Un anticancerígeno eficaz contra el rechazo en los trasplanteslarazon

Investigadores de la Universidad de Cincinnati (EE UU) han descubierto una nueva terapia para los pacientes trasplantados, gracias a un anticancerígeno –bortezomib– empleado para tratar el mieloma múltiple y tumores sanguíneos.
Steve Woodle, principal autor del estudio y jefe del Servicio de Cirugía de Trasplantes en la dicha universidad, ha hallado, junto compañeros, que este arma terapéutica resulta eficaz para tratar los episodios de rechazo causados por la alteración de la respuesta de los anticuerpos en los riñones trasplantados, cuando no responden a las terapias previas.

Mecanismos
Los linfocitos B, o las células B, desempeñan un papel importante en la respuesta tumoral y controlan las proteínas inmunes que atacan a los órganos trasplantados. «Encontramos que el bortezomib trabaja bien en la supresión del rechazo del trasplante en ambiente de laboratorio», explica Woodle. Por otro lado, los linfocitos T, o las células T, son los glóbulos blancos a los que se acusa como responsables del fallo del trasplante. Así, Woodle y su equipo comenzó a buscar qué agentes eran los verdaderos responsables ya en 2005.
«En el estudio, se ha puesto de manifiesto que las células plasmáticas y los anticuerpos juegan un rol importante en las complicaciones en los trasplantes, pero el desarrollo de las terapias que apuntaban hacia estas células se han retrasado», sostiene Woodle. «Nos dimos cuenta que los tratamientos actuales no apuntaban a las células plasmáticas, que son las que pueden producir los anticuerpos».
Los investigadores administraron este tratamiento a seis receptores de un trasplante de riñón, con posibilidades de rechazo y complicaciones. Durante el proceso se evaluó y registró sus respuestas al tratamiento. En cada caso, la terapia con el anticancerígeno ayudó a evitar el rechazo, la disminución prolongadas de los niveles de anticuerpos al menos durante los cinco primeros meses.
Woodle manifiesta que, aunque estos datos sean prometedores, aún es difícil calcular las implicaciones de este tratamiento. «Ahora contamos con un agente inmunosupresivo que puede apuntar por primera vez a los anticuerpos encargados de producir células plasmáticas con una eficacia similar a los fármacos dirigidos a las células de T», expone.
De momento, los investigadores están implicados en otros cuatro ensayos clínicos para ampliar estos resultados.