Comunidad de Madrid
Un instructor auditará la actividad privada de la pareja de la portavoz del PSOE
Investigará si puede gestionar empresas siendo funcionario
Los últimos 18 años de la vida laboral de Félix Palomo serán investigados minuciosamente por un instructor de la Dirección General de Función Pública de la Comunidad de Madrid. El instructor tramitará el expediente abierto el pasado 25 de mayo por la Comunidad a Palomo, pareja sentimental de Maru Menéndez (portavoz del PSOE en la Asamblea), a raíz de las informaciones publicadas por LA RAZÓN en las que se reveló su condición de funcionario (desde hace 18 años) y, a su vez, los cargos que ocupa en diversas entidades privadas.
Una situación de la que Palomo no dio cuenta en la Comunidad, a pesar de que podría incurrir en una «falta grave» de incompatibilidad al compaginar su puesto en la Administración pública como liberado sindical en el Programa de Vivienda Joven de la Comunidad, con la privada que ejerce en la comercialización de viviendas de protección a través de diferentes cooperativas vinculadas al sindicato UGT en las que Palomo ha ocupado cargos de apoderado o presidente.
Será el jefe del Área de la Inspección de Personal de la Dirección General de Función Pública, el instructor encargado de averiguar si Palomo ha incumplido el convenio colectivo del personal laboral de la Comunidad, así como la Ley estatal 53/84 de incompatibilidades del personal al servicio de las administraciones públicas. Para ello, el compañero de Menéndez, miembro de UGT, deberá dar cuentas al instructor de todas sus actividades laborales y sus posibles retribuciones, obtenidas al margen de su nómina de funcionario. Actividades que, si son incompatibles, supondrán una sanción para Palomo que puede ir de la suspensión eventual de empleo y sueldo, a la inhabilitación para ascender e incluso, podría llegar al despido.
¿Dónde está Palomo?
Fue el pasado 25 de mayo cuando la Comunidad anunció que abriría un expediente a Félix Palomo. Sin embargo, cuatro días después la Dirección General de Función Pública seguía buscándole para notificarle esta circunstancia. No fue por falta de empeño: se informó de ello a los comités de la Dirección de Juventud, de Educación, de Presidencia... Se le buscó en su puesto de trabajo (coordinación del Programa de Vivienda Joven), pero su condición de liberado sindical «truncó» el intento, y en su domicilio, donde nunca se le encontró. Fue necesario publicar la apertura de su expediente en el Boletín Oficial de la Comunidad para dar con él.
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