Villarreal

Un patrón inamovible hasta el final

Pellegrini se despide del Villarreal con un estéril triunfo y fiel a su filosofía de toque . Los goles de Cani y Llorente (2) derrotan al Mallorca, pero no dan para alcanzar la cuarta plaza

Pellegrini se mostró impertérrito en el banquillo pese a saber que era su último partido con el Villarreal
Pellegrini se mostró impertérrito en el banquillo pese a saber que era su último partido con el Villarreallarazon

El «ingeniero» Manuel Pellegrini ha construido un equipo a su imagen y semejanza en Villarreal. Un lustro da para implantar tres conceptos tan básicos como difíciles de ejecutar: buen trato de balón, voluntad ofensiva y renuncia al juego tramposo. Argumentos a prueba de bombas, como se comprobó en el frustrante partido de ayer en Mallorca. Su equipo nunca tuvo la clasificación para la «Champions» en sus manos y, pese a las noticias que llegaban desde el Vicente Calderón, buscó la portería de Moyá hasta el último minuto. El resultado fue un partido sin emoción, pero entretenido, como casi todos los del equipo amarillo esta temporada, que se debe conformar con la quinta plaza y jugar la nueva «Europe League» desde septiembre. La apuesta por el fútbol de Pellegrini se traduce en partidos repletos de goles y ocasiones en las áreas. El primer periodo vivido ayer en el Ono Estadi sirve de ejemplo. Aunque el Villarreal tardó en entrar en el partido y Diego López ejerció de salvador, cuando lo hizo mostró sus virtudes: recuperación, triangulación y definición. Pires y Llorente fabricaron la jugada tras una pérdida infantil de Josemi y Cani selló el gol. Había pasado media hora y al banquillo ya había llegado el primer gol del «Kun» para el Atlético. Reaccionó el Mallorca por mediación de Adúriz, pero la necesidad puede más en estos casos. Incluso después de que Moyá detuviese un penalti a Rossi, el Villarreal se marchó al descanso por delante. Bastó otra conexión, aunque a la inversa, entre Cani y Llorente. La segunda parte, tras la sentencia del propio Llorente después de otro jugadón de Cani, se convirtió en una pachanga, lo que posibilitó el regreso de Cazorla casi dos meses después de sufrir una lesión de peroné. Los amarillos daban por perdida la cuarta plaza y los malloquinistas buscaron sin fe la remontada. Sólo el gol de Webó, asistido por un gran Jurado, alteró el pulso del fin de curso y ciclos vivido en Mallorca.