Estados Unidos
Un presidente de izquierdas
Si el vencedor de las elecciones en Estados Unidos hubiera sido el republicano John McCain, en estos momentos no tendríamos ninguna duda sobre cuál serían sus decisiones en política de defensa, de exteriores, de energía y posiblemente de economía. Pero la victoria del demócrata Barack Obama presenta un problema para los que tenemos que observar el triunfo sin paliativos de sus resultados en los comicios presidenciales del martes y, al tiempo, tratar de definir cuál será el rumbo que va a tomar el 44 titular del Despacho Oval a partir del próximo 20 de enero. Una cosa es estar los últimos once meses pregonando que va a llevar a cabo «un cambio en la sociedad norteamericana y en las políticas de la Administración Bush a nivel nacional e internacional» y otra muy distinta que pueda hacerlo si por tal cambio se entienden políticas de izquierda en un país conservador como EE UU y con pocas dudas a la hora de mantener una acción de Estado en sus relaciones con sectores económicos, militares o diplomáticos. Y ése es en realidad «el sueño americano». Probablemente habría que añadir que no es el primer político norteamericano que lleva en su campaña para la Casa Blanca promesas de «cambio» que pueden ser más o menos radicales y que luego la realidad de Washington y el encuentro con los «poderes fácticos», ya sean los del legislativo o los de las multinacionales o los de los responsables de la defensa y de la seguridad, le marcan el camino. Pero estas elecciones han sido absolutamente atípicas.
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