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Policías y mandos en activo de Coslada compartían fiestas con los agentes detenidos
Los unos por los otros y la casa sin barrer. A las dependencias de la Policía Local de Coslada no le han pasado la escoba. Apenas un año después de la detención de más de una veintena de agentes de la localidad por una presunta trama de corrupción policial, la comisaría está prácticamente igual que hace 12 meses. Cuando los arrestos de la «Operación Bloque» dejaron sin jefe de Policía Local a los cosladeños, el Ayuntamiento dirigido por el socialista Ángel Viveros, no hizo mucho por limpiar el buen nombre de su cuerpo policial. Los cambios nunca llegaron y menos aún un rostro nuevo en el despacho de Ginés. De hecho, su número «dos» ha ejercido desde entonces como máximo responsable de los agentes. Una maniobra cuanto menos curiosa teniendo en cuenta que su relación con el que fuera, hasta el 8 de mayo pasado, jefe de la comisaría, era buena. Las amistades dentro de las dependencias policiales de Coslada son un arma de doble filo. Muchos de los policías locales comparten no sólo juventud sino también aficiones. De sobra es conocida su pasión por las fiestas, las carreras de motos, el culto al cuerpo y los tatuajes.No sólo de los agentes arrestados y que han pasado una temporada en la cárcel, sino también de muchos de los que continúan, a día de hoy, en activo (como se puede ver en las imágenes). Según compañeros suyos, en la comisaría, el sentir general es de afecto y hasta respeto por los policías detenidos. No sólo eran colegas, sino también amigos. Una circunstancia que hace difícil el borrón y cuenta nueva que hubiese sido deseable en las dependencias policiales de Coslada.De hecho, que el espíritu de los agentes no ha cambiado es palpable no sólo dentro de la comisaría, como afirman varios de sus compañeros de vestuario, sino también cuando los policías llevan puesto el uniforme.Una de las testigos protegidas de la investigación, y ex novia de uno de los agentes imputados en la causa, sufrió en sus propias carnes el efecto «Bloque». Una patrulla la paró y los policías la intimidaron y la acusaron de mentir a los encargados de las pesquisas. Un síntoma nada bueno cuando un agente uniformado detiene y pide la documentación a una testigo protegida sólo por el hecho de serlo.La sombra alargada de «El Bloque» no se queda ahí. De sobra es conocido el caso del agente Roberto, también testigo del caso y en excedencia tras sufrir amenazas. La última, una taquilla rota, un escupitajo y un «ya te tocará».En el vídeo al que ha tenido acceso este periódico se ve cómo los agentes comparten una velada veraniega. En ella aparece un policía detenido y muchos agentes en activo. Entre ellos la sargento y el cabo del turno de noche, amigos de los arrestados a los que hacen alusión. En la comisaría de Coslada, lo peligroso es no pertenecer a «El Bloque».
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