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Una ex espía norcoreana dice que una japonesa secuestrada hace 30 años sigue viva

La ex espía norcoreana Kim Hyun-hui se reunió hoy en la ciudad surcoreana de Busan con los familiares de una japonesa secuestrada hace 30 años por Corea del Norte, a quienes aseguró que sigue viva, informó la agencia surcoreana Yonhap. Kim se reunió hoy por primera vez con el hermano y el hijo de Yaeko Taguchi y les dijo que no tiene «ninguna duda» de que la mujer está aún con vida. Taguchi, que desapareció en junio de 1978 cuando tenía 22 años, es una de los diecisiete ciudadanos japoneses secuestrados por agentes del espionaje de Corea del Norte en los años 70 y 80. Pyongyang admite haber secuestrado a la ciudadana japonesa, pero afirma que falleció en 1986. Según la ex agente norcoreana, que hoy vive como ama de casa en Corea del Sur, Taguchi fue quien le enseñó japonés para que pudiera hacerse pasar por una ciudadana nipona y llevar a cabo sus misiones. La ex espía norcoreana es la coautora confesa de la colocación de una bomba en un vuelo de la aerolínea surcoreana KAL en 1987, en la que murieron sus 115 ocupantes tras la explosión en pleno vuelo frente a las costas birmanas. Kim recibió un indulto especial en 1990 después de haber sido condenada a la pena de muerte por terrorismo y se había mantenido en el anonimato desde 1991, cuando presentó ante la prensa los detalles del ataque planeado por los servicios secretos norcoreanos. Asimismo, la ex espía desmintió hoy las suposiciones de algunos de los familiares de las víctimas que aseguran que el atentado fue una misión encubierta del entonces Gobierno militar de surcoreano. El encuentro de hoy fue organizado por los Gobiernos de Corea del Sur y Japón después de que Kim manifestara su deseo de reunirse con los familiares de Taguchi. En 2002, Corea del Norte reconoció el secuestro de trece japoneses y permitió a cinco de ellos regresar a casa, alegando que el resto ya había fallecido. Japón exige la repatriación de todos los secuestrados japoneses y asegura que ha recibido informaciones de que Taguchi y otros viven aún en el país comunista. El asunto de los secuestrados se ha convertido en uno de los puntos clave de las relaciones entre Pyongyang y Tokio.