Una fortuna tirada por la ventana

El mundo nunca volvió a ser el mismo después del éxito de «Black or White» (canción del disco «Dangerous», 1991). En esta fecha, Michael Jackson ya ostentaba el título de rey del pop desde hacía años. «Off the Wall» (1979) ha vendido 25 millones de copias; «Thriller» (1982), 104; «Bad» (1987), treinta millones y «Dangeorus», 32. Como artista, Jackson gano más de 700 millones de dólares. Pero, mientras sus familiares y «fans» lloraban su muerte la noche del jueves, sus abogados se pasaron la madrugada del viernes colgados al teléfono con los ejecutivos de Sony para averiguar cómo están las cuentas de este genio de los escenarios, que podría tener una deuda estimada entre 400 y 500 millones de dólares. Esa noche en vela sólo fue el principio. Llevará años ordenar sus finanzas, sin olvidar que todavía queda por resolver la cuestión de las ventas de las entradas de los 50 conciertos de Londres. Todo apunta a que los ejecutivos tendrán que negociar con su madre, Katherine. Si Jackson hubiese celebrado esos conciertos, la promotora podría haberse embolsado 80 millones de dólares y el cantante 35. Todos los «shows» estaban asegurados, pero aún tienen que esperar a los resultados de la autopsia para comenzar a tramitar el cobro del seguro. Catálogo de los BeatlesComo todo en la vida de Michael Jackson, sus cuentas también están llenas de contradicciones. Ni siquiera se sabe con certeza cuántos testamentos dejó, aunque se cree que podría haber dos. En 1985, compró los derechos del catálogo de las canciones de los Beatles por 47,5 millones de dólares. Fue la mejor operación comercial de su carrera. Jackson sacó partido de estas composiciones durante años, ya que ha utilizado los temas del grupo británico como garantía para pedir sus préstamos. En 1998 se sirvió de ellas para solicitar un crédito a Bank of America de 140 millones de dólares con el que esperaba sanear su economía. Al cantante le llevó sólo unos pocos meses gastarse todo este dinero y poco tiempo después tuvo que pedir otros 30 millones de dólares. En la actualidad, compartía la propiedad de estas canciones con Sony, a la que le vendió la mitad en 1995 por 100 millones. En la actualidad, estas canciones son sólo parte de una colección mayor, estimada en total en 1.000 millones. Estos derechos son el mayor activo de sus finanzas, pero están ligados a una deuda de 300 millones con Barclays, su mayor prestamista. También poseía un catálogo de derechos, conocido con el nombre de Mijac, cuyo valor está estimado entre 50 y 100 millones de dólares. Además, se desconoce cuánto le quedará a sus herederos. En 2005, justo después de que acabase el juicio en el que se le acusó de haber abusado de un menor, se marchó a vivir a Oriente Medio. Entonces, sus cuentas se encontraban en una situación muy precaria, lo que le llevó a renegociar con Sony para pagar un interés menor de su préstamo. En mayo 2008, llegó a un acuerdo con la inmobiliaria Colony Capital después de no poder pagar la hipoteca de su rancho. Michael Jackson decidió transferirles la propiedad de Neverland en la que iba a ser la nueva aventura del cantante con una gran compañía.