Ley electoral
Una ley injusta
Ginecólogos por el Derecho a Vivir
La Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo que el Gobierno pretende aprobar en los próximos meses es una ley injusta, oportunista y por ende que no convence a nadie. En noviembre de 2007, las trituradoras del doctor Morín pusieron definitivamente en evidencia ante la opinión pública que la ley actual del aborto, ratificada por el Tribunal Constitucional en 1985, no se estaba cumpliendo. Muy al contrario, se trataba de un fraude continuado de ley. El Gobierno valoró la sangría de votos que supondría a partir de esa insostenible situación hacer cumplir la ley. Obligaría, entre otras cosas, a auditar la actividad de las clínicas abortistas. Zapatero decidió cambiar de estrategia. El 17 diciembre de 2007, tras un intensísimo debate en la ejecutiva del PSOE, alguien preguntó abiertamente a la cúpula socialista: «¿Creéis que alguien va a dejar de votarnos por hacer una nueva Ley del Aborto?» Zapatero no respondió, pero anunció a sus compañeros que se implicaría personalmente en esta reforma. Y así ha sido. La falta de voluntad de resolver un fraude de ley, llevó a buscar un reparto de actores para una obra de teatro que tiene un final trágico para tantos seres humanos. Una ministra de «Igual-da», un comité de expertos aliñado y una oportunidad para desenfocar la actual crisis son los ingredientes con que se está gestando esta ley injusta. A pesar de todo, somos muchos los que estamos convencidos que la batalla por la defensa de los «sin voz» está ganada. Es cuestión de tiempo. El embrión humano, antes o después, acabará siendo protegido.
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