Zaragoza

Unos 1100 soldados españoles contribuyen a la paz en Líbano

Unos 1.100 soldados españoles desempeñan tareas de mantenimiento de la paz en Líbano, adonde ha llegado hoy por sorpresa el Príncipe de Asturias para visitar a los efectivos destacados en este país. 

En junio de 2007, seis de los "cascos azules"aportados por España a la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) murieron en la ciudad chií de Jiam, en el sur del país, y se convirtieron en las primeras víctimas españolas de esta misión, que mantiene desplegados a casi 12.000 soldados de 27 nacionalidades.
Don Felipe y la Princesa de Asturias presidieron el funeral de Estado oficiado por estos seis soldados, tres de ellos colombianos, que fallecieron al estallar un coche-bomba al paso del vehículo blindado en el que llevaban a cabo sus labores de interposición en la zona fronteriza con Israel.
Hace cinco meses, murió también otro militar colombiano del Ejército español, al volcar el vehículo blindado BMR en el que se desplazaba.
Hasta la muerte en atentado de los seis soldados fallecidos en junio de 2007, el único incidente había sido el vuelco de otro BMR en mayo de ese año, que provocó heridas leves a dos soldados españoles en la localidad de Kacerkela.
Los 1.100 soldados españoles que contribuyen a garantizar la paz tras la guerra declarada por Israel contra Hizbulá en el verano del 2006 se encuentran asentados en la base "Miguel de Cervantes", en Blat, sede de la Brigada Multinacional del Sector Este de FINUL.
Desde el pasado agosto, el contingente está formado mayoritariamente por la Brigada de Caballería de Castillejos II, que aporta 727 efectivos, y la Agrupación de Apoyo Logístico 41, con 124 soldados, ambas ubicadas en Zaragoza, mientras que el resto proviene de unidades de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil y del Ejército de El Salvador, que participa con 52 militares.
La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin al conflicto entre Israel y Líbano el 14 de agosto de 2006, estipuló el despliegue de "cascos azules"en el sur del país para evitar que se reprodujeran los enfrentamientos y que el Ejército libanés extendiera su influencia por la zona, feudo hasta entonces de la milicia chií de Hizbulá.